El mercadillo resucita la Granja"

Pilar Muñoz
-

Reabre sus puertas después de tres meses por la pandemia con una treintena de puestos, un recorrido pautado y de sentido único y aforo limitado, y a pesar de todo con la alegría de los vendedores porque «ha ido mejor de lo esperado»

El mercadillo resucita la Granja” - Foto: Tomás Fernández de Moya

El mercadillo resucita La Granja con su estribillo, ese sonido de vendedores cantando las bondades de su mercancía que tanto se echaba en falta en el barrio los sábados por la mañana. El mercadillo reabrió ayer sus puertas con restricciones y medidas de seguridad en un nuevo escenario protagonizado por una treinta de puestos principalmente de frutas y verduras separados por la preceptiva distancia de seguridad para evitar contagios. De momento sólo hay puestos de alimentación.  

El aforo también se ha limitado a 195 personas para impedir aglomeraciones, realizándose la entrada por la avenida Descubrimiento de América, en la zona más próxima a la carretera de Piedrabuena y la salida más cerca del auditorio. El recorrido es de una sola dirección y en las puertas de entrada y salida , con un vigilante en cada una, se colocó una mesa con dispensadores de gel hidroalcohólico.

«Son medidas necesarias», coincidieron en señalar vendedores y clientes. Unos y otros celebraron la reapertura del mercadillo.

El mercadillo resucita la Granja”El mercadillo resucita la Granja” - Foto: Tomás Fernández de Moya«Hemos tenido pérdidas muy grandes, con una situación económica agónica», confiesa Jesús Ángel Gómez, de Herencia y fiel al mercadillo de Ciudad Real. «Mi familia y yo venimos desde que estaba en la plaza de Toros, hace casi 50 años». Entiende las medidas de seguridad aunque resta clientela.  «Antes era de dos direcciones y ahora de una y con menos aforo», dice para, a renglón seguido, añadir que es un «alegría» haber podido volver y ver a gente a acercarse a su puesto de frutas y verduras.

Patricio del Olmo y su mujer María Eugenia Naranjo, de La Solana, también están «felices» con la reapertura del mercadillo. «Hemos pasado tres meses muy malos, económicamente fatal, con mucha incertidumbre y tensión», asegura Patricio, quien no tiene reparos en manifestar que venían con «mucho miedo» porque «no sabes como va  a responder la gente. Una vez aquí no podemos quejarnos y confiamos en que la cosa vaya mejorando». Muy cerca de su puesto de hortalizas una mujer pregona las bondades de sus ajos desde una pequeña mesa de la que, en un lateral, cuelga una romana. «Señora ajos nuevos y buenos  de este año».

Unos metros más allá varias personas aguardan ante un puesto de encurtidos de Almagro (berenjenas, aceitunas, pepinillos, cebolletas ...) y más adelante otros se detienen ante una parada de patatas fritas, cortezas y frutos secos.

Paqui Redondo, natural de Alcázar de San Juan y residente en Ciudad Real desde hace muchos años, confiesa que ha echado de menos el mercadillo. «Siempre me ha gustado mucho venir los sábados a dar una vuelta y lo he echado en falta».

Así que cuando se enteró que se  reabría «me alegre mucho y aquí estoy», comenta iluminándose los ojos y adivinándose una sonrisa tras la mascarilla. «Tenemos que llevarla para protegernos», dice  intuyendo el pensamiento y próxima pregunta de quien suscribe.

Opina que el nuevo mercadillo «está bastante bien organizado, aunque hay un cambio muy grande, pero tiene que ser así para que no tengamos problemas».

Antolín Gómez y su mujer María del Prado López también tenían ganas de mercadillo. «Nos gusta venir a comprar sobre todo porque es donde encontramos olivas de Aragón», dicen.

A lo largo del recorrido había agentes de la Policía Local para garantizar la seguridad y que se cumple la normativa. También había seis voluntarios de la Agrupación de Protección Civil divididos en tres puestos. Aida Calbetó lleva tres años en esta agrupación y explica a este diario que a primera hora se respetaba la distancia de seguridad, pero conforme avanzaba la mañana y llegaba más gente resultaba más difícil guardar esta distancia. Se empezó a agolpar la gente y tuvieron que intervenir para tratar que se respetara la distancia de seguridad. Su compañero de puesto, Juan Carlos Fernández, indica que algunas personas protestaron por las medidas de seguridad y porque el recorrido fuera unidiriccional.