La ordenanza de ruido eleva la sanción grave a 300.000 euros

Hilario L. Muñoz
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El Consejo local de Sostenibilidad aborda este lunes el borrador de un documento que está aún en fase de «negociación» tanto con los vecinos como con hosteleros

La ordenanza de ruido eleva la sanción grave a 300.000 euros - Foto: Pablo Lorente

La nueva ordenanza de ruido de la capital echará a andar este próximo lunes con la celebración del Consejo Local de Sostenibilidad. Un órgano en el que se debatirá acerca del borrador de este documento con vecinos, grupos políticos y representantes de los locales hosteleros. Se trata de un texto que en su presentación inicial de este lunes, tiene ya amplias diferencias respecto a la actual ordenanza con cambios en aspectos como la cuantía de las multas, que se adaptan a las nuevas leyes ambientales, y la creación de nuevas zonas y figuras de protección. «La ley es más restrictiva y caracteriza mejor determinadas actividades», apuntó la concejala de Sostenibilidad, Mariana Boadella, como resumen del documento.

De este modo, la ordenanza plantea elevar las multas más graves de los 901,52 euros del actual texto hasta los 300.000 euros en el borrador solo en las relativas a actividades comerciales. «Esto es fruto de la Ley del Ruido y de que se ha cogido como modelo la ordenanza del ruido de Madrid, debido a que este Ayuntamiento tiene equipos especializados en este tema», dijo la concejala. La edil dejó claro que el texto está «en fase de borrador» y, de hecho, la cuantía de las sanciones se trata de uno de los temas que se está negociando, «sobre todo con los hosteleros ya que son quienes tienen las más altas».  La idea es buscar el consenso, dijo Boadella, para apuntar que hay que ver aún cómo se aplica esta modificación de la ordenanza.

Hay que tener en cuenta que el documento plantea tres tipos de multas en función de quién realice el ruido. Así, para actividades económicas señala multas desde unos euros en las leves a las 300.000 de las muy graves y que podrían venir acompañadas de la revocación de la licencia o la prohibición de futuras actividades. Mientras, para los vehículos, se plantean multas hasta los 600 euros y para usuarios de la vía pública, actividades domésticas y relaciones vecinales multas hasta 3.000 euros.

Una característica para valorar las multas a imponer es que hay atenuantes ya que se indica que «se tendrá en cuenta que la comisión de la infracción no resulte más beneficiosa para el infractor que el cumplimiento de la norma infringida», un aspecto clave a la hora de imponer multas por fiestas o eventos concretos por ejemplo.

Un segundo aspecto en el borrador de la ordenanza del ruido es la creación de nuevas zonas de seguridad ante el ruido. El documento las denominadas: Zonas de Protección Acústica Especial (ZPAE), Zonas de Situación Acústica Especial (ZSAE) y zonas tranquilas. Las primeras se trata de espacios «en las que se incumplan los objetivos de calidad acústica» ante lo que se plantean medidas tanto si el ruido es derivado del tráfico de vehículos como de actividades de ocio nocturno. Las segundas surgirán en aquellas zonas en que tras implantar las medidas de la ordenanza se mantenga el elevado ruido, lo que implica que se puedan desarrollar medidas adicionales o bien mantener las que hay. Las últimas son aquellas que quedarán marcadas como espacios de protección «de la aglomeración urbana, para preservar su mejor calidad acústica».

«El mapa del ruido lo estamos haciendo para saber lo que es cada zona», señaló Boadella, al referirse a estas áreas. No obstante recuerda que hay zonas que todo el mundo tiene claro que son tranquilas, como las de casas adosadas, pero «las otras habrá que verlo con las mediciones». La edil apostó por esperar al mapeo completo y a los estudios que se realizarán después, cuando se adquiera un sonómetro que puede funcionar durante varias horas, y que servirá para conocer problemas puntuales en la ciudad.

En este aspecto de zonas de ruido, el documento reduce en varios decibelios, la posibilidad de ruido actual en algunas áreas por los edificios cercanos. De este modo si hasta ahora, por ejemplo, se podían hacer actividades que generen 55 decibelios con el nuevo texto serán 45 y 35 para el caso de dormitorios, 20 menos que actualmente. Igual ocurre  en zonas residenciales, educativas o culturales, donde se marcan esos niveles como los límites transmitidos a locales cercanos.

Un último capítulo de la ordenanza hace referencia a la división horaria del día en tres períodos: «el diurno, constituido por doce horas continuas de duración, comprendido entre las 7 y las 19 horas, el vespertino, entre las 19 y las 23 horas; y el nocturno, entre las 23 y las 7 horas», las 8 horas en el caso de los fines de semana.