El arte cofrade, ilusionado

Ana Pobes
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Tras dos años sin procesiones, el sector de la orfebrería deposita todas sus esperanzas en esta Semana Santa para arrancar y tomar el pulso y afrontar otras dificultades como la subida de precios en materiales como el oro y la plata

El arte cofrade, ilusionado - Foto: Rueda Villaverde

En una gran nave situada en Torralba de Calatrava, el ritmo de trabajo no para en estos días previos a la Semana Santa. Una veintena de personas, bajo el mando de Ramón Orovio, funden, liman y repujan con minuciosidad y detalle. Son algunas de las técnicas artesanales que utiliza el orfebre para dar distintas formas a las creaciones que se desee realizar desde palios y candelabros hasta coronas y templetes. Auténticas obras maestras realizadas en madera, latón, oro y plata.

Artesanos del arte sacro que reciben esta Semana Santa con ilusión tras dos años sin procesiones, sin romerías, sin Rocío, sin Corpus Christi... Y sin procesiones, no hay encargos. Una situación «muy complicada» en la que el taller de orfebrería de Orovio de la Torre ha sobrevivido gracias a los ERTE y a los encargos de parroquias y conventos que «han seguido con su actividad». «Estuvimos parados siete meses al cien por cien, y en estos dos años hemos estado trabajando a media jornada», comenta Ramón Orovio Céspedes, propietario de la orfebrería. Por ello, no es de extrañar que pongan todas sus esperanzas en esta Semana de Pasión, ya que el sector necesita que haya un año de «normalidad tras dos años de paréntesis». «Es vital y necesario que se arranque, y después tomar el pulso» para afrontar con fortaleza otras dificultades como la subida de precios en la materia prima. Y es que, lo que antes costaba diez, ahora cuesta treinta. Incrementos que al final repercuten en el precio, y «si subes los precios, bajan los trabajos», lamenta Orovio.

Después del parón de la pandemia, la gente ha ido demandando reparaciones y pequeños trabajos, pues no hay que olvidar que han sido muchas las hermandades que han visto mermados sus ingresos al no poder celebrar ninguna actividad. Y eso también ha repercutido en el mundo de la orfebrería. Pero pese a todo, en el taller de Orovio de la Torre han trabajado estos meses en proyectos de envergadura que han ido a parar a lugares como Alicante, Linares (Jaén), Zaragoza y Úbeda (Jaén), entre otros muchos. Y con el panorama actual, «arrancar proyectos de envergadura no es fácil», argumenta Orovio, quien reconoce que esta crisis «se está notando de manera notable». Recesión económica que afrontarán con la misma ilusión que desde hace más de 30 años ponen en cada uno de sus trabajos, realizados con esmero y paciencia. 

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