El turno de Bellido

C.S.Rubio
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Su camino hasta la Presidencia de las Cortes no ha sido de rosas. Hasta en dos ocasiones de ha visto apartado de las listas del Congreso y la campaña «sin precedentes» del PP en su contra le llevaron a plantearse la opción de «tirar la toalla»

Pablo Bellido - Foto: Javier Pozo

Gaditano de nacimiento pero alcarreño de vocación, Pablo Bellido acaba de asumir las Presidencia de las Cortes de Castilla-La Mancha. Un rostro joven para el perfil medio de este cargo, 43 años recién cumplidos, pero con un importante bagaje político a sus espaldas, que le ha llevado a ser durante dos legislaturas alcalde de Azuqueca de Henares, uno de los municipios más pujantes del llamado Corredor del Henares, y diputado nacional por Guadalajara durante la pasada legislatura.

Pero asumir la Presidencia de las Cortes no es para Bellido ser solo presidente de las Cortes. Este nombramiento supone algo más: la confirmación de que, por fin, parece que le ha llegado el turno.

 Y es que en más de una ocasión este joven alcarreño se ha quedado a las puertas, como marcado por un fatum que lo alejaba una y otra vez de puerto. En su caso, del Congreso de los Diputados, de cuyas listas se ha visto apartado en hasta en dos ocasiones.

La primera vez fue en 2015, cuando abandonó su aspiración de ser diputado nacional por estar imputado en el llamado ‘caso farolas’, por presuntas irregularidades en las obras del Centro Joven de Azuqueca de Henares durante su época de alcalde. Denuncia que quedo en nada y en la que muchos vieron una treta política ‘popular’ para frenar su carrera.

La segunda fue hace unos meses, cuando optaba a la reelección como diputado por Guadalajara (escaño que obtuvo en las elecciones de 2016) y tuvo que ceder su puesto a Magdalena Valerio, ministra de Trabajo y, como él, alcarreña de adopción. ¿Por qué? Por orden de Ferraz o, mejor dicho, de Pedro Sánchez, que quiso situar a sus ministros como cabezas de lista de sus provincias de referencia.

Golpes políticos que le llevaron a pensar en «tirar la toalla», como ha reconocido alguna vez en público. En buena medida a cuenta de la «campaña mediática sin precedentes» a la que se vio sometido tras el estallido del ya citado ‘caso farolas’.

En este sentido, será curioso ver como fluye ahora su relación con Ana Guarinos, su alter ego popular en Guadalajara y a la que el mismo ha llegado a señalar como una de las principales responsables de esta campaña en su contra. Porque Bellido y Guarinos no solo se verán cada quince días en los plenos, ambos forman parte de la Mesa de las Cortes, él como presidente y ella como vicepresidenta segunda. Su fama de hombre tranquilo se pondrá aquí a prueba.

Uno de los culpables de que no se rindiera entonces fue el hoy presidente de Castilla-La Mancha, Emiliano García-Page, que en unos días será ratificado en su cargo y muy acostumbrado también a jugar en ‘territorio comanche’ en lo que a supervivencia política se refiere.

Un apoyo de García-Page que no hace más que corroborar la fidelidad que Bellido le ha demostrado siempre en las luchas internas del PSOEalcarreño, que tantos quebraderos de cabeza le ha dado al aparato regional. Porque Guadalajara siempre ha sido el verso suelto del partido en Castilla-La Mancha, dividida en familias irreconocibles y muy dadas a lavar sus trapos sucios en público.

Tanto es así, que Bellido, secretario general del PSOE en Guadalajara desde hace 2012, se vio obligado a tomar en 2017 una de sus decisiones más complicadas políticamente hablando: apoyar al actual presidente en las primarias regionales. Primarias en las que García-Page se enfrentaba a su sucesor en la Alcaldía de Azuqueca, José Luis Blanco, alineado en un bloque ‘sanchista’ que acababa de ganar las primarias federales, también en Guadalajara.

En cuanto al futuro, el reto de esta legislatura estará, sin duda, en saber afrontar desde las Cortes de Castilla-La Mancha los grandes desafíos a los que se enfrenta la región: la despoblación, el agua y la desigualdad. Desafíos que Bellido citó ayer en su discurso y que, en los dos primeros casos, están muy vinculados a su provincia: la Siberia demográfica de España y el lugar de donde parte desde hace 40 años el trasvase del Tajo al Segura. En su mano estará saber hacer llegar a buen puerto el ánimo de acuerdo que se respira en la Cortes hoy y esquivar así el  fatum que también parece sufrir la Alcarria.