El campo clama: «El problema no es de precios, sino de costes»

M. Lillo
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Organizaciones agrarias y cooperativas consideran que el incremento del precio de los alimentos se debe a las subidas que sufren y consideran que todavía no se ha tocado techo

El campo clama: «El problema no es de precios, sino de costes» - Foto: Rueda Villaverde

«No es un problema de precios, es un problema de costes, mientras los costes sigan como están, los precios no van a bajar». Así de contundente se pronunció a La Tribuna el presidente nacional de Asaja, el ciudadrealeño Pedro Barato, quien asistió ayer el pleno del Observatorio de la Cadena Alimentaria, que presidió ayer en Madrid el ministro de Agricultura, Pesca y Alimentación, Luis Planas, para analizar la situación de precios de los alimentos y las medidas adoptadas por el Gobierno para aliviar los efectos. De hecho, el titular de la cartera Agricultura aseguró «los precios de los alimentos pueden haber tocado techo» tras haber aplicado una reducción del IVA de productos básicos y haber caído la inflación en tres décimas en enero.

No comparte esta opinión, sin embargo, el líder de Asaja. «Cuando esto se estabilice, a lo mejor tocará techo, pero hoy no podemos hablar de techo porque los costes de producción siguen disparados», dijo tras poner de relieve que la solución al encarecimiento de los alimentos pasa porque «la energía sea más barata, el gasóleo más barato o los fertilizantes más baratos» y eso pasa, aseguró, «por medidas de bajada de impuestos para que los costes de producción sean otros».

Desde Cooperativas Agroalimentarias de Castilla-La Mancha tampoco ven claro que el precio de los alimentos haya tocado techo. «No va a ser fácil reducir los costes», explicó su director general, Juan Miguel del Real, quien aseguró que los agricultores, ganaderos y las cooperativas no tienen margen para reducir el precio y que se debe mirar «el margen de la gran distribución o mayoristas» para tratar de abaratar el precio después de que la disminución del IVA de algunos productos «se haya notado poco».

Por su parte, Elisa Fernández, de la Unión de Pequeños Agricultores (UPA), afirmó que el coste de producción del sector primario ha aumentado en un 45 por ciento como consecuencia de la subida de los abonos, mano de obra o fertilizantes, de manera que reivindicó dos cosas: que haya un análisis exhaustivo para saber qué margen se lleva cada eslabón de la cadena alimentaria y que se cumpla dicha ley, de manera que ninguno venda por debajo de los costes de producción. No obstante, avanzó que una vez se evalúen los costes se puede ver «la sorpresa» de que «alguien se está beneficiando» por encima de otros, mientras que «los agricultores y ganaderos cada vez reciben menos».

Por esta razón, reclamó «la misma agilidad para bajar los precios que cuando suben» y que además haya un etiquetado «más claro y conciso» para los consumidores.