El pozo, el cordón umbilical de La Mancha

A. P.
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La autovía del agua llamará más pronto que tarde a las puertas de los municipios del Alto Guadiana, zona que se abastece principalmente de las aguas subterráneas, de las que aún prefieren que sea su principal recurso hídrico

El pozo, el cordón umbilical de La Mancha - Foto: Rueda Villaverde

El agua de la Tubería de la Llanura Manchega descenderá a la sombra del desnivel de un río natural, el Cigüela. Tras su nacimiento en Carrascosa del Campo (Cuenca) y superada la filtración en Saelices, hará parada en el primer ramal para abastecer a una quincena de localidades que, sin reticencias, se conectarán a la infraestructura esta primavera. Será un hito, sin precedentes. Sin embargo, cuando esos 50 hectómetros cúbicos concedidos del cuestionado trasvase Tajo-Segura salten a la segunda etapa, a los pueblos del Alto Guadiana, su recibimiento será muy distinto. De entrada, Alcázar de San Juan (30.516 habitantes), localidad cabecera de la comarca y con un exacerbado patrimonialismo del agua, mira hacia otro lado. «No tenemos necesidad», por lo tanto, «no nos conectaremos». Así de tajante se muestra su alcaldesa, Rosa Melchor. Ni siquiera deja que se relacione la tubería con su fuente inagotable: el Pozo de las Perdigueras, de donde extrae aproximadamente unos 3,2 hectómetros cúbicos al año. El objetivo prioritario de esta 'megainfraestructura' del agua es garantizar el consumo humano a la Mancha seca, pero también dejar de extraer agua subterránea para que se recuperen las masas de agua de una zona, como la del Alto Guadiana, en la que la mayoría de las poblaciones se abastecen de agua de pozos con «altos niveles de nitratos». Otras localidades, las que menos, 'tiran' de los embalses. Es el caso de Tomelloso y Argamasilla de Alba, que se suministran del pantano de Peñarroya. Desde el punto de vista estratégico y de cara a un futuro a largo plazo, la finalidad es que la mayoría de las grandes poblaciones se 'enganchen' a la Tubería de la Llanura Manchega como aliviadero del Alto Guadiana. De momento, Pedro Muñoz y Socuéllamos lo harán al primer ramal, conscientes de que el agua del pozo no es una solución para el futuro.

La activación de la Tubería Manchega supondría un aporte extra de agua que permitirá acabar con el uso de agua subterránea de los acuíferos, principalmente del 23. Su puesta en marcha permitiría ahorrar la extracción de agua subterránea para consumo humano y «poder disponer así de una cantidad para regularizar los pozos de las explotaciones prioritarias» en esta amplia parte de la cuenca del río, como confía el consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Sostenible, Francisco Martínez Arroyo, principal motor en la recuperación de la tubería. La medida marcaría un antes y un después en el Alto Guadiana.

Esta zona ha bebido siempre del pozo. Pero el antiguo Acuífero 23 (actuales masas de aguas subterráneas Mancha Occidental I, II y Rus-Valdelobos), una de las piezas claves del sistema hidrológico de la cuenca Alta de este río y que alimenta al Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel, se declaró sobreexplotado en 1987. Declaración que aún mantiene, y declarado en riesgo. Miguel Mejías, jefe de área de Hidrogeología Aplicada del Centro Nacional IGME-CSIC, constata el deterioro y el «estrés hídrico» al que está sometido este manantial subterráneo del que no saldrá «ni a corto ni a medio plazo». Para ello, se necesitaría que llegaran intensas precipitaciones y «se sacará menos agua». Pero cada vez llueve menos y su recuperación es, cada vez más, una quimera.

El pozo, el cordón umbilical de La ManchaEl pozo, el cordón umbilical de La Mancha - Foto: Rueda VillaverdeSi esto ocurriera, no sería de la noche a la mañana, admite Enrique Calleja. Él fue presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana, de 2006 a 2008, y gerente del Consorcio del Plan Especial del Alto Guadiana (PEAG). «Decir que esos 50 hectómetros cúbicos servirán de alguna manera para la regularización de las explotaciones prioritarias puede sonar bien, pero no es tan fácil», reconoce. Habría que articularlo desde un punto de vista jurídico y a través de un acuerdo entre administraciones. Una tarea ardua. Y es que, el agua que vaya por la tubería no se podrá utilizar para regar. Lo prohíbe la ley. La llegada de la Tubería Manchega podría ser una alternativa a los pozos en esta zona, algo que ya se planteó en 2008 en el Plan del Alto Guadiana. Ahora, muchos años después, la idea sigue encima de la mesa, pero «habría que ver con qué criterios, con qué acuerdos y de qué manera».

¿Y la agricultura? Pascual Ortiz cultiva con esmero y plena dedicación su viñedo para que dé el mejor fruto. Pero no es fácil, reconoce, y más en su zona, en Pedro Muñoz, donde el agua es un bien escaso para el sector agrario. Llega a golpe de dotaciones, y «cada vez más bajas». Para cultivar en esta amplia parte de la cuenca del río «hay que hacer verdadero encaje de bolillos», y muchos optan por abandonar el campo. Otros se resisten. Es su caso.

El pozo, el cordón umbilical de La ManchaEl pozo, el cordón umbilical de La Mancha - Foto: Rueda Villaverde«No hay suficiente agua, y la que hay apenas se deja utilizar para el riego», lamenta Abel Alcolea. Él también es agricultor en Pedro Muñoz, donde cultivar la viña «es casi un milagro». Es el malestar de los agricultores, quienes por normativa no pueden sacar más agua subterránea de la autorizada.

Los agricultores quieren agua. Pero no hay suficiente, y hay que priorizar el consumo en boca. No llueve, y la situación de la cuenca del Alto Guadiana es preocupante. La disponibilidad de agua en el Alto Guadiana es fundamental para los pozos y otros usos humanos y ambientales. Por ello, no es de extrañar, que ante la actual situación de sequía las miradas se centren en La Tubería de la Llanura Manchega, una infraestructura hídrica que contempla cuatro tramos y que tras hacerse la conducción principal en 2012 se dejó en el olvido. Ahora, los esfuerzos del Ejecutivo regional y CHG van encaminados a retomar el proyecto para poder abastecer a unas 60 poblaciones de las provincias de Ciudad Real, Albacete, Cuenca y Toledo.

«Si esa agua que va al abastecimiento deja de extraerse de las aguas subterráneas, los niveles de los acuíferos subirían», argumenta Antonio Alcaide, director-gerente de la CUAS Mancha Occidental II. Pero «es cuestión de solidaridad». De hacer un esfuerzo entre todos para revertir la situación y garantizar el derecho del agua, a todos. Incluso a los agricultores, añade Alcolea. De unirse las grandes poblaciones del ramal central, la mayoría del Alto Guadiana, supondría «muchos metros cúbicos de ahorro al año». Pero de momento, y descartada Alcázar de San Juan, Tomelloso y Argamasilla de Alba «están surtidos con su embalse y no hay nada a futuro con la Tubería Manchega». Algo más 'solidarias' se han mostrado localidades como Manzanares y Campo de Criptana, que no descartan adherirse en un futuro a la infraestructura, aunque «sin plazo previsto». La tubería, que recorre la provincia de este a oeste, tiene proyectado también otro ramal hasta Daimiel, población que tampoco descarta sumarse a una infraestructura hídrica llamada a ser la más importante de Castilla-La Mancha.

El pozo, el cordón umbilical de La ManchaEl pozo, el cordón umbilical de La Mancha - Foto: Rueda VillaverdePara los ayuntamientos «no resulta lo suficientemente atractiva». «Pero no tiene lógica, pues ¿si garantiza agua en cantidad y con mejor calidad, por qué no se quiere adherir todo el mundo?», se pregunta Alcaide. Quizás el motivo, argumenta, se debe a que «su adhesión supondría una posible subida en la tarifa del agua para los vecinos». «Será un agua más costosa, pero vendrá ya tratada y descalcificada», añade Ortiz.

Los agricultores, mientras, miran a su otra batalla: la regularización de explotaciones prioritarias en esta parte del río Guadiana. Se quedó en stand-by cuando se creó el Consorcio, hace ya 16 años. Y ahí sigue, «a la espera». El secretario de Estado de Medio Ambiente, Hugo Morán, anunció hace cinco meses una inversión de 250 millones de euros para reactivar el Consorcio del PEAG para la compra de derechos de agua de los pozos de las explotaciones prioritarias. El anuncio ha llenado de esperanza al sector, que aún está pendiente de concreción. El Consorcio volvería en forma de «plataforma de entendimiento para gestionar el rescate de agua suficiente mediante adquisición de derechos que ha de suponer la regularización y que empezó hace años». La intención es «acabar lo que se empezó» y dar «solución a la gente» como señaló hace unos días el presidente de la región, Emiliano García-Page.

En estos meses, Castilla-La Mancha ha ganado dos batallas. La primera la de recuperar el caudal ecológico del Tajo, vía BOE; y la segunda, refrendar con varios municipios la puesta en marcha de la tubería en el arranque de la infraestructura y el compromiso del sediento Campo de Calatrava, final de un viaje que se culminará tras varias décadas. 

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El pozo, el cordón umbilical de La Mancha - Foto: Fotos Rueda Villaverde
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Abel Alcolea observa el agua de su pozo en Pedro Muñoz.
Abel Alcolea observa el agua de su pozo en Pedro Muñoz. - Foto: Rueda Villaverde