Fernando Lussón

COLABORACIÓN

Fernando Lussón

Periodista


El caso Ferrovial

03/03/2023

Desde el punto de vista neoliberal, o del capitalismo a secas, la decisión de la empresa constructora y de servicios Ferrovial de trasladar su sede social desde Madrid a Amsterdam es impecable. Se trata de que la deslocalización tiene razones financieras porque servirá para mejorar sus resultados, facilitar su consolidación en mercados extranjeros, y por supuesto conseguir mejores resultados económicos que es lo que esperan sus accionistas, sobre todo si se trata de fondos de inversión. Y además va a pagar  menos impuestos, que  también está en el ADN de los capitalistas.  

Luego están otro tipo de consideraciones que tiene que ver con la acción del Gobierno en España, el supuesto debilitamiento de la seguridad jurídica y los vaivenes de la relación del presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, con los altos directivos de las empresas del Ibex, a los que lo mismo corteja que considera que participan de un contubernio contra su política, aunque lo cierto es que muestran muy poca empatía con las dificultades que atraviesa buena parte de la ciudadanía mientras engrosan sus cuentas de resultados con beneficios caídos del cielo, y consideran cualquier subida de impuestos, regularización o vigilancia de su actividad una intromisión ilegítima en la libertad de empresa.  Aludir a la inseguridad jurídica cuando las perspectivas de inversión extranjera en nuestro país se encuentran en un nivel muy alto es tergiversar la realidad.   

No obstante, todas estas grandes empresas –que olvidan que la Constitución establece su función social- no tienen empacho en olvidar los principios fundamentales del libre mercado,  y en el caso de las constructoras, formar un cartel que ha funcionado durante veinticinco años para repartirse las licitaciones del Estado, motivo por el cual las seis grandes empresas del sector fueron multadas por la CNMC con más de 200 millones de euros, Ferrovial entre ellas, aunque el asunto se encuentra recurrido y en manos de los jueces.  

Aunque la intención de Ferrovial es fijar su sede fuera y desde ahí comenzar a negociar sus títulos en Nueva York –otras multinacionales españolas ya lo hacen y no se han deslocalizado-, la elección de Países Bajos, que dicen está relacionada con mejorar su posición en el mercado internacional, no oculta de que allí la tributación de las empresas es menor, que hace dumping, que se ha convertido en una especie de paraíso fiscal dentro de la Unión Europea que se beneficia de que todavía ha sido imposible establecer, y tardará mucho en hacerse realidad, una política fiscal común. Eso sí, luego adopta el papel de líder de los "países frugales" e impone el austericidio mientras se aprovechan de la laxitud de los controles fiscales.  

De lo que no se quejan las empresas nacionales es de la prolongación del escudo antiopas levantado durante la pandemia para evitar que las empresas españolas fueran compradas por otras más potentes. Feijóo ha declarado, que si lo suprimirá y en ese momento quizá no sea preciso que las multinacionales españolas decidan marcharse de España por propia voluntad, como Ferrovial, sino que sus compradores se lleven hasta los muebles. Ferrovial, nació, creció y se convirtió en multinacional en y desde España. Pero ya se sabe que el dinero no tiene patria, y sus dueños solo a veces.