Justicia mediante empatía y diálogo

Eduardo Gómez
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ACB apostó por el árbitro ciudadrealeño Emilio Pérez Pizarro para llevar por primera vez un micrófono durante la final de Copa del Rey

El árbitro Emilio Pérez Pizarro, en un momento de la final ve cómo Sergio Llull ayuda a levantarse a Dante Exum (Barça). - Foto: Emilio Cobos (ACB)

Emilio Pérez Pizarro (1-10-1975) dirigió este domingo en Granada su quinta final de la Copa del Rey, la primera como árbitro principal. El título fue para el Barça tras remontar al Real Madrid (59-64) y si dirigir una final siempre es especial, en esta ocasión lo fue todavía más, ya que por primera vez en la historia un colegiado principal se prestó a llevar micrófono durante el encuentro. Una iniciativa de la ACB y que ayer martes vio la luz en un vídeo donde se puede ver el lado más humano de un árbitro, dialogante con jugadores y entrenadores, tratando de empatizar con ellos en momentos de alta tensión y sin perder la calma explicando los motivos de sus decisiones.

«Si te digo la verdad, me olvidé que llevaba un micrófono», admite en conversación telefónica con La Tribuna Emilio Pérez Pizarro, que al cierre de esta edición estaba arbitrando el partido de Euroliga entre Mónaco y Unics Kazan.

«Nunca había tenido esa experiencia y me ha gustado verme», continuó el colegiado manchego, que califica esta iniciativa como «muy positiva porque hay que darle normalidad y transparencia a la relación que tenemos los árbitros con entrenadores y jugadores. Esto que se ha visto pasa en todos los partidos, lo que ocurre es que se trataba de una final y entonces todo adquiere una mayor trascendencia».

Pérez Pizarro advierte que igual que los equipos se preparan a conciencia para llegar en la mejor forma posible a estos torneos, los «árbitros siempre intentamos dar lo máximo. Creo que hicimos un trabajo correcto y lo mejor es que no se ha hablado de nosotros».

El ciudadrealeño destaca el nivel arbitral español y cómo todos los que integran este estamento trabajan duro para poder dirigir una final, de ahí que considere «un privilegio» haber podido estar ya en cinco. Además, alerta de la necesidad que tienen como colegiados de seguir aprendiendo porque «el baloncesto va evolucionando y por eso las reglas van cambiando, porque el propio juego lo pide. Cada vez es más rápido y se generan situaciones nuevas», reflexiona.

Tras debutar en la Liga ACB un 14 de octubre de 2000 en un derbi gallego entre Breogán y Orense y haber dirigido ya casi 700 partidos en la máxima categoría en estas dos décadas, Pérez Pizarro se mantiene en la élite y ahora también se ha podido conocer por parte del gran público su rol como un deportista más dentro de la pista, integrante de otro equipo, el arbitral, sin el cual no existiría el espectáculo del baloncesto que tantas pasiones mueve.