Un nuevo esfuerzo para los gimnasios y centros deportivos

M. E.
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El sector deja atrás los efectos de la pandemia, pero su recuperación se ve frenada por el incremento del precio de la vida y el cambio de hábitos

Un monitor de CrossFit Ciudad Real instruye a sus alumnos en un ejercicio con pesas rusas. - Foto: Rueda Villaverde

Instalaciones cerradas, reducción drástica de aforos, pérdida de abonados, elevada inversión para adecuarse a las medidas anticovid -máquinas para la renovación del aire y  mamparas-, refuerzo del servicio de limpieza… El de los gimnasios y centros deportivos fue uno de los sectores más perjudicados por la irrupción de la pandemia, hasta el punto de que aún hoy no se ha recuperado del fuerte impacto económico que supuso para sus negocios. Poco a poco, con el paso de las fechas, la vacunación y la normalización de la enfermedad, fueron sacando la cabeza del profundo lugar en el que los efectos del virus le habían metido, pero al volver a mirar hacia arriba se encontraron con dos nuevos enemigos: la crisis económica y el cambio de hábitos.

La Tribuna ha contactado con algunos de estos centros de entrenamiento para tomarle el pulso a la recuperación del sector en Ciudad Real, coincidiendo con una época clave a la hora de recibir a nuevos clientes, como es el primer mes del año, con sus clásicos 'nuevos propósitos'. Y el resultado de este pequeño sondeo es una percepción común: se ha recuperado terreno perdido, pero las cifras aún distan mucho de las de prepandemia.

La razón principal es el factor económico. El coste de la vida se ha encarecido tanto, con los precios de la cesta de la compra, la luz y los carburantes disparados, que no son pocos los que a la hora de recortar gastos, empiezan con lo que consideran un bien de ocio, ahorrándose la cuota mensual del gimnasio, y más si esta cuota ha sufrido una actualización al alza. Además, se suma un cambio de hábito de algunos usuarios, que no se han planteado regresar a estas instalaciones, ya sea porque durante la pandemia se aficionaron a otro tipo de actividad, o también porque aún les infunda respeto volver a hacer ejercicio en un lugar cerrado lleno de gente.

Varios abonados realizan unas series de fuerza con barras cargadas con discos.Varios abonados realizan unas series de fuerza con barras cargadas con discos. - Foto: Rueda VillaverdeEl caso es que los gimnasios de Ciudad Real han vuelto a respirar, pero no son capaces de crecer, encontrándose aún en una situación de cierta transición. «Cuando hay apreturas económicas el ocio es en lo primero que se recorta, y muchos ven el deporte como ocio, algo no esencial», explica Alfonso Chamorro, gerente de CrossFit Ciudad Real, en la calle Malagón, que cuenta con unos 300 abonados.

En este sentido abunda Miguel Lozano, al frente de la cadena BZ55, con un centro en la avenida del Rey Santo. Su volumen de clientes se mantiene estable desde que abriera sus puertas hace poco más de un año -150 abonados-. Con el COVID «más que olvidado», admite que durante el mes de enero han recibido más consultas sobre precios y horarios, aunque el número de usuarios de momento se mantiene estable. Es consciente del aumento del precio de la vida en el último año, por lo que entiende que haya gente que no se atreva a gastar una cantidad fija de dinero todos los meses para hacer deporte. Y lo explica de un modo muy gráfico: «El deporte es salud, pero nosotros no competimos con los hospitales, competimos con Netflix». Y es que, a su entender, no es lógico que el IVA que se le aplica a  las instalaciones deportivas y gimnasios sea del 21%, y no del tipo reducido del 8%. «¿La práctica deportiva es un servicio esencial o de lujo?» Esa es la pregunta.

Los mayores

Interesante es la aportación que desde Attica Fitness Club (calle Pedrera Baja) realiza su propietario, Fran Ruiz. Antes de la pandemia tenía un importante número de personas mayores que acudían a hacer ejercicio. Sin embargo, estos no han vuelto, «quizás porque se habituaron a nuevas rutinas». Su esperanza está en que el cliente más joven ocupe su lugar después de los exámenes de enero, aunque para ello tiene claro que no puede subir las tarifas, pese a que su factura de la luz se ha disparado en el último año. Él también defiende que «el deporte no es ocio, es salud», algo de lo que los ciudadrealeños parece que cada vez están más concienciados. A la espera de que esto se traduzca en un cambio de tendencia claro, los gimnasios seguirán haciendo un nuevo esfuerzo para intentar recuperar su añorada 'normalidad'.  

Un monitor de CrossFit Ciudad Real instruye a sus alumnos en un ejercicio con pesas rusas.
Un monitor de CrossFit Ciudad Real instruye a sus alumnos en un ejercicio con pesas rusas. - Foto: Rueda Villaverde