Pedro Pardo: El valor de la bondad (y III)

Vicente Castellanos*
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Podríamos decir que la trayectoria de la Coral Polifónica de Ciudad Real bajo la responsabilidad de Pedro Pardo estuvo poblada de éxitos tanto en la provincia de Ciudad Real como en el exterior

Pedro Pardo: El valor de la bondad (y III)

El 4 de julio de 1983 Pedro Pardo dirigió su primer concierto con la Coral de la Agrupación Musical de Ciudad Real, más tarde conocida como Coral Polifónica de Ciudad Real. Fue un concierto en la parroquia del Pilar, su parroquia, para conmemorar la festividad de San Cristóbal. Pedro Pardo ya había asumido la dirección de la Schola del Seminario en diferentes ocasiones y también la dirección de un orfeón ocasional compuesto de gran cantidad de cantantes con ocasión de la Coronación canónica de la Virgen Del Prado en 1967. Pero fue a partir de 1983 cuando comenzó su labor permanente, hasta su fallecimiento, al frente de la Coral Polifónica, labor paralela a una intensificación de su actividad como compositor de música sacra y también profana, bajo la modalidad de cuatro voces mixtas a capella. Hablamos primero de su actividad como director y después de su tarea compositiva.

   Podríamos decir que la trayectoria de la Coral Polifónica de Ciudad Real bajo la responsabilidad de Pedro Pardo estuvo poblada de éxitos tanto en la provincia de Ciudad Real como en el exterior: Cuarto puesto en el concurso nacional de la Cadena SER en 1984, participación en el Certamen nacional de Avilés en 1987, actuaciones en directo en RNE y en TVE, participación en los encuentros corales más importantes, por ejemplo el de Villarrobledo o el encuentro Ciudad de Manzanares en 1991, o en certámenes organizados por la Junta de Comunidades como los ciclos Música en Navidad o Encuentro coral de Castilla-La Mancha durante varios años. Sin embargo, el verdadero éxito de la Coral y de Pedro Pardo fue llevar la música clásica, la música grande, a lugares donde antes era impensable: pueblos pequeños como Las Casas o Bolaños, iglesias humildes como las Concepcionistas, San Martín de Porres o el Pilar, y su constancia en el servicio a la catedral de Ciudad Real, de la que se convirtió en coral oficial. Con este sello característico, la Coral Polifónica de Ciudad Real participó de un nuevo esplendor del fenómeno orfeonístico en Castilla-La Mancha, acorde con la nueva organización administrativa en autonomías, a la altura de otras grandes corales de la región como Mater Assumpta de Manzanares, Santa Cecilia de Campo de Criptana, la Coral San Julián de Cuenca o la Coral de la Agrupación Musical de Villarrobledo.

   La faceta de compositor de Pedro Pardo no se circunscribe solo a su etapa como director de la Coral, sino que fluye durante toda su vida, desde la etapa del Seminario. Precisamente esa fase, en los años cincuenta, marcó su forma de componer pues coinciden en ella compositores tan interesantes de la catedral de Ciudad Real como Buitrago, maestro de capilla desde 1922 hasta 1975, y Rebassa, chantre del templo principal de la diócesis, venido a Ciudad Real para acompañar al obispo Juan Hervás (citados arriba). Esa influencia se deja sentir en todas las partituras de Pardo, que están siendo catalogadas en la actualidad, y a las que deben sumarse una intensa labor de armonización de obras procedentes de otros autores y cantos populares, todo con el objetivo de la interpretación por parte de la Coral Polifónica. Sin duda, el legado musical de Pedro Pardo es sorprendente y merece la recopilación que se está procediendo a realizar con la finalidad de establecer un listado de sus obras originales y que estas continúen siendo interpretadas por nuestros conjuntos corales en Castilla-La Mancha. En 1987 la Coral fue nombrada ciudadana ejemplar de Ciudad Real y al año siguiente, 1988, el propio Pedro Pardo, su directo, obtuvo este título que reconoce a los hijos más significativos de la capital provincial.

   A la hora de destacar obras musicales de su autoría, merecen especial atención las piezas de contenido mariano pues la devoción a la Virgen María fue uno de los principales ejes de la dinámica creativa de Pedro Pardo. Desde muy joven, casi adolescente, Pardo copió partituras de otros e hizo las suyas propias con dedicación a la figura de María. Pero el momento de mayor inspiración llega con la celebración del IX Centenario de la Virgen del Prado, año 1988, para el que preparó varias plegarias de bella factura y la Misa Tota Pulchra a 4 y 6 voces mixtas y acompañamiento de orquesta de cámara, VC 20, en colaboración con el recién creado Conservatorio Marcos Redondo. Esta misa fue interpretada en la Eucaristía central de los actos del centenario, el domingo 22 de mayo de 1988 en el Parque Gasset de Ciudad Real, con asistencia de la reina doña Sofía y retransmitida en directo por TVE. Otras misas de gran interés del recordado sacerdote fueron la Misa a 4 voces mixtas y órgano a la Santísima Virgen del Pilar (1970), VC 18, y la Misa Popular a 1 y 2 voces (1997), VC 19.

   Respecto a las obras marcadas por el devenir del año litúrgico, destacan las obras de Navidad A Belén, villancico pastoril, VC 1, Sobre la nieve, VC 30, y Sol de soles, VC 31, todos ellos villancicos a 4 voces mixtas. Del tiempo propio de la Semana Santa despuntan las dos versiones de La pasión según San Lucas y la Pasión según San Marcos, así como el Improperium del domingo Domingo de Ramos, VC 17, y Un mandamiento nuevo a solo y 4 voces mixtas, VC 35, composición para los oficios del Jueves Santo. En el terreno de la música profana es digna de alabar su obra titulada Canto a la Mancha a 4 y 6 voces mixtas, VC 5, que se hizo famosa en todos los conciertos de la Coral Polifónica durante los años 1983 y siguientes. Todas ellas, sacras y profanas, están en proceso de catalogación, ya muy avanzado, motivo por el que aportamos en número de código del catálogo. Esta es la manera de valorar como corresponde a estas obras, hacerlas oficiales como autoría directa de Pedro Pardo y conservarlas como patrimonio inmaterial.

   En 1990 Pedro Pardo fue nombrado canónigo del cabildo de la catedral de Ciudad Real con cargo de prefecto de música, desde el cual intensificó la actividad de la Coral Polifónica en el templo catedralicio. Su despedida de la parroquia del Pilar el 9 de marzo de 1991 resultó un homenaje espontáneo difícil de explicar de todas las gentes de su barriada, que mostraron un cariño hacia su párroco pocas veces contemplado. Igualmente, su despedida por jubilación del IES Maestre de Calatrava significó una muestra enorme de gratitud y afecto por este hombre sencillo que gastó su vida en favor de los demás. Hasta tal punto fue así que, una vez jubilado, fue obligado por el claustro y los alumnos a reintegrarse de nuevo a las tareas docentes hasta 2000, año de su jubilación definitiva.

   En el haber de Pedro Parto, también, la recuperación de todas las obras de Salomón Buitrago, el compositor mencionado arriba, al servicio de la catedral durante más de cincuenta años. Gracias a él cientos de partituras escritas a mano, en la más pura tradición de los copistas, se salvaron de un olvido casi seguro, cuando no pérdida, debido a que los familiares de Buitrago, desperdigados por España, no podían conocer el valor de dichos documentos. Pedro Pardo los trajo a la catedral de Ciudad Real, donde, en su día, durante 1999 y 2000, tuve la suerte de poder entrar en contacto con ellos para clasificarlos, catalogarlos y establecer un listado oficial de más de doscientas treinta obras de Salomón Buitrago. Esta recuperación del patrimonio musical, que Pardo calificaba como “gran riqueza”, no hubiera sido posible sin la constante preocupación de este director de coral bien formado y verdaderamente amante de la cultura manchega.

   Esta mezcla inusitada de bondad, valentía y trabajo, con el que fatigó su cuerpo hasta extremos difíciles de imaginar, nos ofrecen como resultado la figura inmensa de un sacerdote, un hombre, que supo afrontar tres épocas distintas bajo un mismo prisma de servicio a los demás. Su lema, “pro homines”, que defendió desde su etapa de estudiante, se plasmó definitivamente en aquella frase del Evangelio que él siempre destacaba: “he venido para servir, no para ser servido”. Desde este punto de vista, al mismo tiempo sencillo y extraordinariamente esencial, se entienden mejor todas las dinámicas de una vida que constituye una parte íntima de la historia de Ciudad Real. Por eso la Asociación de Amigos de Pedro Pardo está ultimando la presentación de un libro que incluirá la catalogación de todas sus obras, la digitalización de estas, para que ninguna se pierda, un álbum muy completo de fotografías, y una biografía rigurosa inmersa en el contexto histórico, o mejor, contextos históricos, en que desarrolló su vida. En breve, esta obra, en el mejor formato posible, podrá ver la luz para bien de todos los ciudarrealeños y aprendizaje de todas las personas que ensalzan en estos tiempos tan difusos el valor de la bondad. Porque Pedro Pardo y su obra, para bien de todos, es patrimonio de Ciudad Real y de todos aquellos que valoran el bien común.

*Vicente Castellanos Gómez: doctor en Historia por la UCLM, catedrático de Educación Secundaria con ejercicio de la docencia en IES Santa María de Alarcos de Ciudad Real, donde es jefe del departamento de Historia, investigador, autor del libro Musicalerías: Ciudad Real, música y sociedad (1915-1965) y de La Unión Patriótica en la provincia de Ciudad Real (1923-1930). Compositor y cantautor. Ha editado tres discos. Ha coordinado doce libros de la Editorial Santa María de Alarcos y es autor de numerosos artículos y capítulos de libros. Trabaja como profesor asociado de la UCLM, campus de Ciudad Real, impartiendo clases de Historia en Relaciones Laborales, Facultad de Derecho y Ciencias Sociales.