«La línea de colaboración con las asociaciones ha sido siempre prioritaria», recordó la responsable de Humanización de la Gerencia de Ciudad Real, Cani Añó, pero en la pandemia no se pudo dar continuidad a su labor. La presencia de asociaciones implica, por una parte, garantizar la participación de pacientes en el sistema de salud, pero además permite informar y demandar mejoras y ofrecen «un soporte a las familias», dijo Añó, quien puso el acento en la importancia, por ejemplo, de recuperar acuerdos como el de Cruz Roja, de apoyo a pacientes infantiles.

Desde verano se ha ido abriendo el centro, como ocurría antes del COVID, y ya trabaja en el hospital Adace, aportando información sobre daño cerebral; Stampa, con sus talleres de cosmética oncológica; o la Asociación Española contra el Cáncer, que además de acompañamiento, da apoyo psicológico y social. Además, también pasan por el hospital «magos solidarios» con la asociación Abracadabra y otras entidades que esta Navidad han realizado apoyo a los pacientes más jóvenes o la asociación de familiares de alzhéimer con su labor en el biobanco. La última línea que se ha abierto, este mes, han sido las mesas de información en el hall y que ya han comenzado. «Cuesta volver a empezar las actividades, cuesta más retomar que empezar en el inicio, pero es importante la labor de las asociaciones que siempre están dispuestas a ayudar», señaló Añó.