Antonio García-Cervigón

Buenos Días

Antonio García-Cervigón


Real Madrid: sin arrojo ni pegada

17/01/2023

El emparejamiento de los encuentros entre los equipos españoles en Arabia Saudí: Real Madrid, Valencia, Betis y Barca, estuvieron marcados por la igualdad y hubo tiempo suplementario de treinta minutos, hasta la llegada de los penaltis que pasaron los dos equipos que llegaron a la final: Real Madrid y Barcelona. 
Durante el tiempo reglamentado que duró el partido, salieron a relucir las estrategias de ambos conjuntos. Ambos aplicaron sendas estrategias para alcanzar la victoria. La convenida por el entrenador blaugrana, dispuesta con arrojo y lucha en cada una de las acciones emprendidas, y la contraria, dispuesta a retener el balón cuántas veces eran necesarias, sin desborde alguno, andando por el campo como si aquello no fuera con el equipo. 
A eso se unieron los errores defensivos en los que incurrieron los jugadores blancos, faltos de mordiente, arrojo y pegada, que solamente dispararon una vez a la puerta de Ter Stegen, cuando el partido se dirigía a su final victorioso, con título incluido, el primero que gana el entrenador catalán del que hablaba su capitán Busquets nada más acabar el encuentro: «Xavi nos ha hecho saber la necesidad de ganar». 
Ganar y ganar, verbo que como un sentimiento fue anidando en cada uno de los jugadores de la plantilla, con un 'Supergavi' que, a sus 18 años, movió al equipo a sus anchas, con frescura sobrada. Fue el héroe del encuentro con un gol, dos asistencias y jugadas en la que destacó junto a sus compañeros, que pusieron ardor y pasión en cada uno de sus lances en el juego, con tal arrojo y coraje que borraron del campo a sus contrincantes. 
Un partido que tuvo al comienzo la mayoría de los espectadores a favor del equipo blanco, pero al final se volcaron con el juego del equipo catalán con aplausos, vítores y ¡olés! para los culés. 
El pasado domingo, minutos antes de que comenzara la final, dos conspicuos comunicadores estaban a la greña porque tenían y manejaban estadísticas que indicaban que el presidente del Real Madrid, Florentino Pérez, superaría a don Santiago Bernabéu si conquistaba esa tarde-noche la Supercopa. Seguramente que el manchego que ya me declaró en vida su sentimiento: «Me siento manchego por los cuatro costados», estaría soltándoles una santiaguina desde el cielo a los locutores, y con socarronería les gritaría: «¡Es de bellacos hablar de la pieza antes de cazarla!» 
Andan los azulgranas muy crecidos con el repaso a su eterno rival. Cierto que fue bochornosa la derrota infligida. Nuestra felicitación, que no falte para el club y seguidores que están convencidos de la apertura de una nueva era, y los títulos caerán como fruta madura en el devenir de los tiempos. El equipo ha derrotado al actual ganador de la Champions, que el pasado año se quitó de encima a los mejores equipos de Europa. Los azulgranas están fuera de esta competición que da brillo futbolístico en nuestro continente y en el mundo. Las palabras del entrenador Ancelotti, que tuvo una noche aciaga, resuenan y comprometen su futuro y aplacan el color amargo de la Supercopa: «Estamos dolidos, pero el Real Madrid volverá». Así habló el general MacArthur de su vuelta al Pacífico. Y en esas estamos.