La brecha entre géneros

Hilario L. Muñoz
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Cinco desempleadas exponen la familia y el empleo que se les ofrece como las claves por las que están en búsqueda activa de trabajo desde hace años y reclaman cambios sociales que les permitan optar a otros empleos y formación

La brecha entre géneros - Foto: Rueda Villaverde

Sí, hay diferencias entre hombres y mujeres para encontrar trabajo, la igualdad no existe». Quizás esta frase resuma el sentir de muchas desempleadas o, al menos, las cinco que participan en un curso de Atención Sociosanitaria a Personas Dependientes con las que habló La Tribuna de Ciudad Real. La frase, la dicen casi al unísono, tras pasar uno o 30 años en el desempleo, porque comparten la visión de que hay dos aspectos que les impiden encontrar un empleo, como son la familia y la economía feminizada.

«El hecho de ser madre hace que muchas empresas piensen en las bajas», señala una de las participantes, quien, de hecho, ha vivido esta situación en primera persona cuando en una entrevista le preguntaron si tenía hijos y escribieron en su currículum en mayúsculas 'MADRE'. Luego le recordaron horarios y que no podía faltar cuando ella quisiese.

La otra parte de esta crítica se encuentra en que los trabajos que se ofrecen, si no hay una formación detrás, son en la hostelería o por horas. No hay más sectores que las contraten y, apenas hay formación dirigida a mujeres en áreas socialmente masculinas. «¿Haríais un curso de construcción? Claro, encantadas, somos muy buenas trabajando con las manos», señalan algunas. «Pocos hombres hay aquí y en clase somos todos mujeres», lo que muestra la falta de ánimo aun para incorporarse al sector de servicios.

La brecha entre génerosLa brecha entre géneros - Foto: Rueda Villaverde«Se debería romper esa brecha, pero va a ser lento», concluyen su comentario, porque reconocen que para dejar atrás estos 25 años de paro en femenino será necesario cambiar «las conciencias». Ellas trabajan ya, en su parte, cumpliendo el sueño de tener una formación en los cuidados que llevan años haciendo en sus casas, en algunos casos, y soñando con una oportunidad laboral dentro de España o fuera, porque algunas están haciendo sus prácticas en Italia, dentro de los convenios que tiene el centro Qualif, en el que realizan este curso. 

Vega Meneses. En paro desde el COVID

Con el coronavirus, Vega Meneses se quedó en paro y sigue en  esa situación ya casi dos años. La clave para no haber encontrado empleo está en «la conciliación de la vida laboral y familiar». Señala dos circunstancias en este momento, por una parte, los horarios y, por otra, un empleo que el sueldo sirva para compensar pagar a una persona que se encargue de su hijo. Además, apunta a que lo que ha encontrado han sido empleos donde le avanzaban que no le iban a dar de alta de todas las horas que iba a trabajar.

Misericordia Sánchez. Una cuidadora en paro

A sus 54 años, Misericordia Sánchez afirma que lleva «en paro toda la vida», aunque recalca que ha trabajado cuidando a personas mayores y en su familia durante todo ese tiempo, sin que haya sido de alta o recibido una remuneración. Se trata de un ejemplo del trabajo de cuidados que no se encuentra en el curriculum. «Ahora que puedo, estoy intentando encontrar trabajo», aunque apunta que es «muy difícil por la edad» y porque la experiencia acumulada no se refleja en un curriculum. «Estoy formándome a ver si así puedo trabajar», concluye.

Pilar Mansilla - Buscando empleo tras un divorcio

Con 59 años, Pilar Mansilla señala que lleva en paro 30 años, porque se casó y no trabajó durante el tiempo que mantuvo ese estado civil. Hace unos años se divorció y se encontró con el desempleo femenino como una barrera más a la que enfrentarse en su nueva vida. «Necesito trabajar», explica y, a la vez, remarca que ha tenido que dedicar años a formarse «desde cero», porque solo tenía el graduado y no le servía para nada en el mercado actual. «Te piden formación, pero después los contratos son malísimos, sobre todo para las mujeres».

Laura García-Consuegra - En paro por problemas médicos

Un año lleva en desempleo Laura García-Consuegra, que tiene 29 años. Durante ese tiempo no ha trabajado por problemas médicos y antes había desarrollado su carrera en la hostelería, un sector que considera «mal pagado» y en el que hay muchas mujeres. Su idea ha sido ampliar su formación y buscar «otras alternativas» laborales. «No contratan a mujeres porque somos las que tenemos que criar a los niños y las empresas no quieren meterse en ese jaleo», explica y, por este motivo, reclama «más igualdad» en la sociedad.

Patricia Muñoz - A la búsqueda del primer empleo

«No he trabajado nunca», señala Patricia, con 20 años, quien lleva uno buscando un empleo. «He estado estudiando este tiempo» y en el tiempo que estuvo buscando un empleo, solo consiguió «pasear un perro». Ha buscado en hostelería, tiendas de ropa y en «poco más», porque, en su opinión, es lo que hay para una mujer como ella, por eso se ha lanzado al mundo de los cuidados. La clave para la búsqueda laboral es tener «la formación necesaria», considera, y, en ese camino, está para ser una de las que rompan esta brecha de género.