Absuelto de violación por el segundo tribunal enjuiciador

Pilar Muñoz
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El procesado "ha respirado" y «está contento» tras haber sido juzgado dos veces en la Audiencia de Ciudad Real con petición de penas de hasta 15 años de cárcel. La denunciante no quiere oír hablar de la sentencia, quiere "olvidar", asegura su abogado

El procesado, ante el Tribunal, en el segundo juicio que ha tenido lugar en la Audiencia Provincial de Ciudad Real

Absuelto por segunda vez en el caso de la violación denunciada por una joven de Porzuna. Víctor G. R. «ha respirado» cuando se le ha notificado la sentencia, la segunda por la misma denuncia. «Está contento», destaca a La Tribuna su abogado Francisco José Víctor, quien en su alegato apeló al criterio del principio acusatorio.

La denunciante "no quiere oír hablar de la sentencia, quiere distanciamiento, olvidar", dice su abogado Ángel Rico, quien en el juicio aseguró que la víctima "tiene la satisfacción de haber expuesto su verdad por segunda vez, ante un nuevo tribunal", subrayó el letrado.

Lo cierto es que la segunda sentencia,  a la que ha tenido acceso La Tribuna está más razonada si cabe que la primera y dificulta mucho un nuevo recurso. Tendría difícil encaje. 

El Tribunal de la Sección Segunda de la Audiencia Provincial de Ciudad Real valora toda la prueba sin lugar a posible error procesal. Los magistrados mantienen vigentes las medidas cautelares acordadas hasta la firmeza de esta sentencia absolutoria. 

Los hechos enjuiciados por segunda vez tras mandar repetir el juicio el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha se denunciaron la madrugada del 15 de abril de 2018 cuando una joven aseguró haber sido víctima de una violenta violación. Conocía al acusado desde el instituto. Empezaron a tontear, a darse besos, a tener ciertas relaciones de índole sexual ... Hasta los 17 años no tuvieron relaciones sexuales completas, la primera vez, en marzo de 2018, fueron consentidas, la segunda empezaron siéndolo, pero hubo algo que a la joven no aceptó. En un principio lo disculpó al pensar que no fue intencionado, pero no estaba dispuesta a aceptarlo y trató de no volver a tener relaciones con él. 

La madrugada del 15 de abril, el que había sido su amigo de instituto y con quien empezó a tener relaciones, la forzó. Así lo ha mantenido la joven, que el próximo abril cumplirá 21 años.

Él lo ha negado en el Juzgado y también en los dos juicios a los que se ha enfrentado. Víctor G. R., de 22 años, fue juzgado en la Audiencia Provincial de Ciudad Real en noviembre de 2019 y absuelto días después al no poder el Tribunal dar como probado el delito por «existir serias dudas» de que el acusado empleara la fuerza o violencia que describió la denunciante para vencer su voluntad y mantener relaciones sexuales completas.

La fiscal del caso y el letrado de la acusación particular recurrieron la sentencia y el Tribunal Superior de Justicia de Castilla-La Mancha ordenó repetir el juicio con un nuevo tribunal enjuiciador.

El segundo juicio se desarrolló los días 9, 10 y 11 de febrero, a lo largo de tres sesiones. 18 días después se ha conocido la sentencia que absuelve de nuevo a Víctor G. R. de los delitos de violación y amenazas por los que venía siendo acusado. La fiscal pedía una condena de 11 años y seis meses de cárcel, que el letrado de la acusación particular elevaba a 15 años.

Pura técnica procesal. La sentencia de la que es ponete el magistrado Ignacio Escribano está más razonada si cabe que la primera y dificulta un recurso de apelación. Se vuelve a hacer énfasis en una serie de «circunstancias que impiden otorgar al testimonio de la denunciante el valor acreditativo de cargo para llegar a la conclusión condenatoria del acusado». En la sentencia se explica que «no pueden soslayarse», las «contradicciones» del testimonio de la víctima en el juzgado de Instrucción y en la Audiencia de Ciudad Real con "el propio contenido de una conversación por Whatsapp con una amiga". El testimonio de otras personas que estuvieron con la denunciante poco antes de los hechos también ha pesado, aunque no tanto como los informes médico forenses. En la sentencia se destaca "el claro, categórico y objetivo resultado arrojado por la prueba pericial forense y la documental emitida por la doctora que asistió a la víctima en el Hospital General de Ciudad Real". Los médicos sólo evidenciaron una pequeña erosión de la mucosa en el lado inferior derecho del introito vaginal". No vieron ningún otro tipo de lesiones, tanto en la región vaginal como en cualquier otra parte del cuerpo de la joven a pesar de la violencia física que aseguró. 

Hechos probados. El Tribunal considera probado que el acusado entabló una conversación por whatsapp con la joven cuando estaba en una vivienda con una amigas y un amigo. El procesado le propusó reunirse con él para mantener relaciones sexuales y ella se negó, pero al final accedió al decirle que la tenía grabada. 

Se dirigió al parque para recriminarle haberla grabado. El le dijo que no existía esa grabación y que la había engañado para verse. Seguidamente se encaminaron hacia un callejón que desembocaba en un descampado con la intención de mantener relaciones sexuales completas, las que llegaron a consumar sin que haya quedado acreditado que el acusado ejerciera actos de agresión física sobre la joven que hubieran determinado a la misma a consentir dichas relaciones sexuales. 

 

Anuncian recurso contra la sentencia. El letrado Ángel Rico, que ha ejercido la acusación particular, no ha querido valorar la sentencia desde su vertiente jurídica, pero según ha declarado a este diario, lo hará en un hipotético recurso contra la misma, en su caso; acatando y respetando, aunque no compartiendo, la valoración de la prueba que se ha llevado a cabo en la sentencia.  Lo que si que ha querido dejar patente, desde el máximo respeto al criterio del Tribunal sentenciador, es la absoluta credibilidad que para este letrado han tenido siempre la manifestaciones de la víctima, "corroboradas por informes periciales de la máxima solvencia", concluye el letrado.