Eduardo, el presunto autor de la muerte de Belén, mantiene, después de que se haya decretado su prisión provisional, que lo acontecido en la madrugada del domingo en Piedrabuena fue un accidente, según han comentado fuentes de su entorno, que han explicado que confían en que las pruebas científicas corroboren esa declaración. Ayer continuaron las declaraciones en el juzgado de instrucción número 5 de Ciudad Real, especializado en violencia de género, para esclarecer lo ocurrido en el domicilio de la calle Juan de Austria,donde Eduardo, de 30 años, compartía vida con Belén, su pareja de 24 años, y la hija de ambos de tres años que esa noche estaba con los abuelos.

Las fuentes consultadas apuntaron que una de las claves serán los informes respecto a esa herida, única, que, en un principio, han señalado, fue de poca profundidad y se produjo en una zona mortal en el cuello. «La muerte fue un accidente» y es «circunstancial» lo que se ha conocido hasta ahora , han apuntado estas fuentes cercanas a Eduardo. Según explicaron, la herida no parece corresponder al «prototipo de un asesinato doloso». Lo ideal apuntaron es que antes de que se produzcan nuevos acontecimientos judiciales, se conocieran esos informes que expongan lo ocurrido en la vivienda.

De momento, Eduardo S. R. sigue en prisión comunicada, donde le mandó la jueza responsable del juzgado de primera instancia e instrucción, acusado como presunto autor de un delito de homicidio en el ámbito de la violencia de género, tres delitos de maltrato, un delito leve de coacciones y un delito de maltrato habitual en lo que el Ministerio de Igualdad ya calificó ayer  como un asesinato por violencia de género.