El Festival 'Arte entre Gigantes' da "un salto de calidad"

E.Press
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El balance de este Festival ha sido "muy positivo", completando el aforo de los cinco conciertos que se han ofrecido, como así comenta el director artístico de la Orquesta Ciudad de La Mancha, Fernando Bustamante

El Festival 'Arte entre Gigantes' da "un salto de calidad"

La III edición del Festival 'Arte entre Gigantes', organizado por la Orquesta 'Ciudad de La Mancha' en Campo de Criptana, ha dado "un salto de calidad" con la colaboración de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha --a través de la Fundación Impulsa-- y del Ayuntamiento de Campo de Criptana, que ha patrocinado el concierto de clausura a través del Plan de Sostenibilidad Turística en Destino.

El balance de este Festival ha sido "muy positivo", completando el aforo de los cinco conciertos que se han ofrecido, como ha comentado el director artístico de la Orquesta Ciudad de La Mancha, Fernando Bustamante. Un 97% de venta en taquilla que ha respaldado la "calidad excepcional de los artistas", sello de identidad de 'Arte entre Gigantes', según han informado los organizadores en nota de prensa.

Una calidad como la de Artemandoline y Nuria Rial que, en las instalaciones de Bodegas El Vínculo, transportaron a los espectadores hasta los siglos XVII y XVIII, difundiendo la música original de mandolina junto a la voz de una de las sopranos españolas con más renombre internacional. Un concierto del que no se puede disfrutar a menudo, si no es en grandes ciudades o capitales.

"Este Festival demuestra que se puede hacer cultura de calidad en nuestro medio rural", ha destacado la delegada de la Junta en Ciudad Real, Carmen Teresa Olmedo.

Cultura de calidad que, en la tercera edición de 'Arte entre Gigantes', ha atraído a numerosos visitantes de toda la región, "lo que demuestra que este Festival se ha consolidado, a pesar que nació sobre arenas movedizas", ha dicho el alcalde criptanense Santiago Lázaro.

Y es que esta iniciativa que aúna música y patrimonio, porque selecciona escenarios singulares de la localidad, como el Cerro de la Paz o El Pósito, además de restaurantes y, este año también, una bodega; surgió en el año 2020, marcado por la incertidumbre de la pandemia. Un hecho que no ha impedido que, en poco tiempo, haya ganado en calidad y en aforo, aseguran los organizadores.