La devoción por 'La llovedora' se remonta al siglo XV

A. Criado
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La patrona de Pozuelo toma su nombre del Cerro de los Santos, una denominación que aparece en unos escritos de la Orden de Calatrava investigados por la Hermandad

La devoción por 'La llovedora' se remonta al siglo XV - Foto: Pablo Lorente

El primer documento que se conserva sobre los orígenes de la devoción hacia Nuestra Señora Santa María de la Cabeza de los Santos y la existencia de su ermita data de 1491. Está relacionado con las visitas que hacían los maestres de la Orden de Calatrava a los pueblos y a las hermandades de la comarca. Ese mismo documento hace alusión a una visita previa, fechada en 1486, es decir, antes del descubrimiento de América por parte de Cristóbal  Colón.

Así lo relata a La Tribuna Carmen Ocaña, vicepresidenta de la Hermandad de la Virgen de los Santos, que forma parte de un grupo de voluntarios de Pozuelo de Calatrava que trabaja para identificar y rescatar del olvido todo aquello relacionado con el patrimonio, material e inmaterial, de la patrona y de la propia Hermandad. «Hay historias y tradiciones que si no quedan escritas, llega un momento en el que se pierden y no perduran», apostilla.

Casi todas las advocaciones marianas tienen en común su imploración en momentos de gravedad, como epidemias o periodos prolongados de sequía, y Santa María de la Cabeza de los Santos no es una excepción. De hecho, a la patrona de Pozuelo de Calatrava se la conoce con el apelativo de 'La llovedora'. «Hemos encontrado esa terminología hacia nuestra Virgen y es muy lógico teniendo en cuenta que la gente de La Mancha dependía mucho de los campos», explica Ocaña.

En la última venida, en 2017, la patrona pozueleña hizo gala de su apelativo, ya que después de la comida de hermandad, cuando se produjo otra breve parada en la 'Casa de Cartón', la lluvia hizo acto de presencia después de muchas semanas de frustradas miradas al cielo. En este sentido, el alcalde, Julián Triguero, apunta que el principal sondeo que abastece a la localidad se encuentra en el entorno del santuario de la Virgen y que ahora, debido a la persistente sequía, se ha tenido que realizar otro de urgencia en una parcela muy próxima, a unos 180 metros de distancia.

A pesar de que las leyendas vinculan el 'apellido' de los Santos a los soldados cristianos fallecidos en las batallas acaecidas en el entorno de su santuario, Carmen Ocaña se inclina más por la vertiente geográfica, ya que la aparición mariana, junto a un almendro que aún se conserva, se produjo en el llamado Cerro de los Santos. Y los cerros se conocían entonces como cabezas.

Después de la guerra, a partir de 1939, se conservan todos los libros de actas, pero en los primeros documentos hallados ya se hablaba de las cuentas de la Hermandad, de la figura del mayordomo y de los primeros inventarios, que además de elementos litúrgicos, reflejaba otros que no se asocian hoy en día con las hermandades, como cabezas de ganado, quiñones de parcelas de tierra o colmenas. «Confirma que la Hermandad ha sido siempre muy grande y muy reconocida en todo el Campo de Calatrava», sentencia.