La Fonda de la Estación acogió la conferencia 'A la memoria de José Gómez Ortega, Joselito El Gallo', ofrecida por el doctor en Ciencias Físicas y aficionado taurino alcazareño Antonio Moreno. El acto, organizado por el Patronato Municipal de Cultura, contó también con las intervenciones del concejal de Asuntos Taurinos, Benjamín Gallego, y el profesor de la Escuela Taurina de Alcázar Jaime Castellanos.

Este homenaje de Antonio Moreno a la figura de Joselito El Gallo estaba previsto en 2020 coincidiendo con el centenario de la muerte del torero, pero la pandemia lo impidió. Dicho homenaje se celebró este miércoles, cuando se cumplió 110 años de la alternativa del torero en Sevilla.

Ante un buen número de aficionados taurinos, Moreno repasó la vida del torero sevillano, anécdotas y curiosidades así como sus aportaciones a la tauromaquia, ya que se considera uno de los precursores del toreo actual. Murió el 16 de mayo de 1920 en la plaza de toros de Talavera de la Reina a la edad de 25 años, por la cornada del toro Bailao,r de la ganadería Viuda de Ortega.

Su muerte conmocionó a la España de la época y la gente salía a las calles y a las estaciones para ver la comitiva fúnebre, contó Moreno. También en Alcázar de San Juan. El tren que trasladaba el féretro de Joselito El Gallo desde la Estación de Atocha a Sevilla paró en Alcázar de San Juan y fueron multitud las personas las que vieron el furgón con el féretro: "Aquí le cambiaron los velones, le pusieron flores, le rezaron un responso y la comitiva fúnebre con la cuadrilla, con Ignacio Sánchez Mejías o José María Cossío, comieron tortas de alcázar y café con leche en la Fonda". Por este motivo, Antonio Moreno quería presentar su homenaje en este escenario.

El concejal de Asuntos Taurinos puso en valor la labor de investigación de Antonio Moreno, "gran aficionado a los toros y entusiasta del toreo de Joselito, porque revolucionó el mundo de los toros por su manera de torear". Además, Gallego destacó el hecho de que Antonio Moreno haya querido compartir el testimonio de su padre al contar cómo se vivió en Alcázar la parada del tren que trasladaba los restos mortales del torero fallecido.

Para el profesor de la Escuela Taurina de Alcázar, la relación de Joselito y Alcázar es una historia bonita e importante y una lección más para los alumnos de la escuela en una ciudad con multitud de vinculaciones a la tauromaquia.