Oftalmología suma otros 45 trasplantes de córnea

A. Criado
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González del Valle destaca los avances en nuevas técnicas como el trasplante de membrana Bowman y la reinervación corneal, premiada en Estados Unidos

Oftalmología suma otros 45 trasplantes de córnea - Foto: PABLO LORENTE

El Servicio de Oftalmología del Hospital La Mancha Centro de Alcázar de San Juan, uno de los más reconocidos del país, llevó a cabo un total de 45 implantes de córnea en 2018, con lo que se sitúa más o menos en la media de medio centenar de intervenciones quirúrgicas de los últimos años. En total, los profesionales de este área acumulan casi 700 trasplantes (676 más una docena realizados en el primer trimestre de este ejercicio) desde 1997.

La sección de Córnea, dirigida por Javier Celis y en la que también están los doctores Eva Avendaño y Edgar Infantes, continúa trabajando en las últimas novedades quirúrgicas. Según informa a La Tribuna el jefe del Servicio de Oftalmología, Fernando González del Valle, además de la cirugía laminar endotelial y estromal (DMEK Y DSAEK) y de la cirugía tradicional (queratoplastia penetrante), «se ha avanzado en nuevas técnicas como son el trasplante de membrana de Bowman y la reinervación corneal, premiada en 2017 en Estados Unidos.

Además, los profesionales de ‘La Mancha Centro’ han realizado con éxito varios trasplantes de saco cristalino, «uno de ellos junto con varias cirugías muy complejas y trasplante de córnea (la primera asociación mundial de este tipo) que fue premiado el año pasado en el congreso de la Sociedad Americana de Oftalmología». «Estamos trabajando mucho, pero necesitamos más donaciones, porque cada vez necesitamos más tejidos oculares y perfeccionar los sistemas de estudio y validación del injerto corneal para la cirugía laminar», apostilla el doctor González del Valle. 

En una entrevista concedida a este diario, Javier Celis subrayó la «gran revolución» que supuso para el mundo de la oftalmología la puesta en práctica hace más de una década de una nueva cirugía para tratar las enfermedades en esta lenta, «la más potente del ojo». Del trasplante clásico, que se venía realizando en todo el mundo desde hacía más de 100 años, se pasó a un trasplanta laminar, que lleva aparejado «unos resultados visuales superiores y una recuperación más rápida del paciente».

Hasta entonces, explicó el doctor, «daba igual que la enfermedad afectara a la cara anterior o posterior de la córnea, porque cuando hacías el trasplante tenías que quitar todo en bloque». Se realizaba una perforación completa de la córnea, se retiraba un disco de aproximadamente ocho o nueve milímetros y al paciente se le cosía una córnea donante, que previamente se había trepanado», apostilló. Ahora, con la nueva cirugía, no es necesario perforar toda la córnea, sino que se interviene sólo en la parte afectada (posterior o anterior) haciendo una delaminación, «como si fueran capas de cebolla».

Con el trasplante clásico, el ojo queda relativamente debilitado, ya que la córnea no tiene vascularización y cicatriza muy mal, un problema que se agrava en el caso de los niños. En cambio, con el implante laminar, «el ojo mantiene su arquitectura y su resistencia natural».