"El cambio climático acabará con los trasvases"

C. de la Cruz
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Jonathan Gómez Cantero advierte en una entrevista sobre las graves consecuencias que tendrá el cambio climático en la región, muchas de las cuales ya son evidentes

"El cambio climático acabará con los trasvases"

Es el rostro más conocido del tiempo en Castilla-La Mancha. Su labor en la televisión autonómica y sus publicaciones científicas le sitúan como una referencia en su ámbito, principalmente en el campo de los riesgos naturales. Jonathan Gómez Cantero (13-12-1990. Madrid) advierte sobre las graves consecuencias que tendrá el cambio climático en la región, muchas de las cuales ya son evidentes.

La DANA que hemos vivido es un fenómeno meteorológico anual. ¿Por qué en esta ocasión ha sido tan virulento?

Lo que ahora conocemos como DANA, depresión aislada en niveles altos, que es similar a lo que siempre hemos conocido como gota fría, puede ocurrir en cualquier época del año. Lo único es que sus efectos son mucho más marcados a finales del verano y principios del otoño porque coincide con un Mediterráneo caliente y por otros ingredientes meteorológicos que son capaces de provocar lluvias torrenciales, sobre todo en las costas levantinas y también en el sureste peninsular. Las inundaciones en nuestra comunidad no son nuevas, pero lo que sí será nuevo será la recurrencia de esas inundaciones.

Las fuertes lluvias provocaron fallecimientos. ¿Estamos preparados para estas situaciones?

Sin lugar a dudas estamos muy poco preparados para los riesgos naturales y especialmente cada ciudadano en las medidas de autoprotección.  Es algo muy importarte porque muchas veces se cometen negligencias que luego se pueden derivar incluso en pérdida de vidas: meterse en un cauce inundado, dejar el coche aparcado en una rampa, construir en una zona inundable o pensar que no va a a pasar nada si atraviesas un arroyo que en ese momento empieza a crecer. Los datos lo constatan, la mayor pérdida de vidas humanas se debe a negligencias; tenemos que disminuir el riesgo y eso se consigue con mucha educación. Hay países que se dedican a educar en tema de riesgos naturales. Japón invierte millones y millones de dólares en educar en el tema de terremotos y tsunamis y lo mismo hace Chile. Quizás deberíamos hacer lo mismo en nuestro país.

Parece evidente entonces que carecemos de una cultura del riesgo.

Totalmente. Hay que fomentar la educación, pero es necesario tener mucho sentido común. Desde los medios de comunicación se informa de que no se crucen zonas inundadas, que un arroyo puede tener una crecida repentina, que hay que tener mucho cuidado cuando hace viento con la caída de las ramas… Hay muchas veces que el riesgo es inevitable, pero tenemos que actuar en conciencia cuando ocurren estos fenómenos.

¿Se han advertido muchos cambios en la región en los últimos años? ¿Se aprecian valores más extremos en precipitaciones o temperaturas?

Se está viendo muy especialmente cómo las temperaturas en verano son mucho más altas y eso también es un riesgo natural. Las olas de calor son el riesgo natural que más nos afectará en los próximos años en Castilla-La Mancha. Nuestros veranos son mucho más largos y además mucho más cálidos; se han alargado en un mes en la región desde los años 80. El verano que tiene a día de hoy la gente joven es ahora un mes más largo del que tenían nuestros abuelos. Y es un problema porque el cuerpo tiene que afrontar temperaturas más altas, se descansa peor por la noche y además el calor también produce muertes, por lo tanto es un fenómeno que está constatado y que ya está ocurriendo.

¿Y por provincias?

Tenemos provincias que tienen un comportamiento climático de tipo mediterráneo litoral, es el que se ve influenciando por los vientos mediterráneos, aporta mucha humedad y se da especialmente la provincia de Albacete. En algunas zonas en concreto tenemos tormentas mucho más severas que hace algunos años y además su frecuencia también está aumentando, lo que nos lleva a que en los próximos años habrá que afrontar tormentas más severas. Si lo juntamos todo vemos que tenemos un cambio inequívoco porque tenemos las estaciones mucho más marcadas y podemos pasar también de días soleados a precipitaciones de tipo torrencial en cuestión de horas, es un efecto del cambio climático. Las transformaciones están ahí, Molina de Aragón es el pueblo más frío de España, pero  las heladas e están diluyendo al mismo tiempo que aumentan los días de más de 30ºC. Son zonas mucho más cálidas, y es que la falta de heladas también es un problema porque es un insecticida natural y tenemos algunas especies de insectos que pueden ser vectores de enfermedades. En Castilla-La Mancha no tenemos mosquito tigre, pero raro será si no llega. Con las temperaturas tan elevadas también se dispara el riesgo de incendios forestales, el cambio climático no produce incendios, pero sí que se pone el combustible y sólo se necesita del detonante, que puede ser un rayo o una negligencia. Lo que queda claro es que nuestros bosques serán más vulnerables.

En un escenario muy poco alentador Ud. ha llegado a predecir que sufriremos veranos con olas de calor de hasta 46ºC en 2050 debido al cambio climático. ¿Cómo nos podemos preparar?

En los próximos años, en un fenómeno que afectará a todo el planeta de continuar con esta tendencia de temperaturas, habrá países que tendrán que reacomodar sus horarios laborales a las nuevas condiciones. Parar una ciudad como puede ser Madrid, Toledo o Sevilla de las 12 a las 17 horas en verano no es ninguna tontería, no se podrán hacer trabajos al aire libre y habrá que ponerse manos a la obra en cuestión de riesgos laborales.

En Castilla-La Mancha tenemos n problema con el agua. ¿Cómo afectará el cambio climático en este sentido?

La región sufrirá de forma muy severa sequías en los próximos años. Somos una región que ya tiene en algunos de sus puntos muy pocas precipitaciones, nuestros balances hídricos no van a ser iguales en los próximos años y tendremos que seguir viviendo con menos agua. Hay pocas zonas del mundo en las que se aproveche tanto el agua como en Castilla-La Mancha, que es la región que más sabe valorar una gota de agua. Hay que seguir invirtiendo en ahorrar porque no tendremos agua.

¿Y el trasvase Tajo-Segura?

Con el cambio climático y la reducción de precipitaciones, que ya se está constatando en la cuenca alta del Tajo, no habrá trasvases en los próximos años. De donde no hay no se podrá sacar, por lo que el cambio climático acabará con los trasvases en los próximos años, y no será una decisión de las administraciones, sino de falta de agua. Vamos a tener un problema muy grave con el agua, no sólo en Castilla-La Mancha sino en todo el país. En el clima mediterráneo que tenemos en la mayor parte de la península tenemos veranos calurosos, se evapora más agua y no llueve, por lo que las sequías son habituales en nuestro clima, pero serán más largas y duraderas en los próximos años. Los que pueden tienen que empezar a tomar medidas de adaptación.

¿Qué acciones pueden llevar a cabo las Administraciones, y también los ciudadanos, la gente de a pie, para frenar o mitigar los efectos del cambio climático?

Ahorrar energía, limitar nuestro consumo de agua y pensar que lo que comemos también afecta al clima. Consumir langostinos que vienen de Indonesia, piñas de Costa Rica o espárragos blancos de China, entre otros muchos productos, afecta muchísimo porque son alimentos kilométricos que dejan una huella de carbono detrás de sí enorme. Tenemos que aprender a consumir productos de temporada y de cercanía porque reduciremos la huella de carbono, ayudaremos al desarrollo rural, a los puebles que están despoblándose, a los agricultores, a los ganaderos de aquí y a que el cambio climático no siga aumentando. Lo que tenemos en Castilla-La Mancha es maravilloso y tenemos que aprender a consumirlo. El cambio climático es prácticamente irreversible, pero hay que saber adaptarse y que en lugar de que se vaya al peor escenario posible tengamos un cambio moderado.

¿Hasta qué punto el clima de un territorio determina el carácter?

El clima nos dice cómo somos. Y además de una forma  clara: en los climas soleados la gente tiende a estar más alegre, más sociales porque hacemos mucha más vida en el exterior. Eso se nota en Castilla-La Mancha, y es que incluso nuestro propio carácter manchego puede ser producto del sol. En los países en los que hace frío, que llueve, que tienen muchos días nublados, pues la gente se resguarda en casa y no tiene tanta vida en la calle.