Queridos lectores, vuelvo a reencontrarme con todos ustedes 85 días después de haberme jubilado voluntariamente por razones personales que no vienen al caso. Vuelvo para expresarles mi agradecimiento y mostrar mi gratitud por la Insignia de Oro que me ha concedido la Asociación de Periodistas de Ciudad Real. Es un gran honor. En el acto celebrado en el Casino con motivo de la festividad del Patrón San Francisco de Sales agradecí esta alta distinción, pero dada la premura de tiempo y circunstancias no pude mencionar a muchas personas que me han ayudado en el ejercicio de mi profesión. Es de justicia hacerlo y La Tribuna me ha permitido enmendarlo.

 

Desde que entré en la primera Redacción de La Tribuna de Ciudad Real, en la Plaza del Pilar, el verano de 1990, me he encontrado con gente estupenda que me ha enseñado muchísimo. Antes, ya tuve la suerte de tener unos padres que me inculcaron valores y principios fundamentales: honestidad, respeto, responsabilidad, comprensión y perdón. También tengo la suerte de mantener amigas desde los tres años, del colegio (San José) y luego compañeros de carrera y trabajo. Nieves Fernández es una de ellas. Nieves sí es oro puro como persona, docente y escritora. Pura bondad, un regalo de la vida.

En La Tribuna igualmente he encontrado a gente buena y profesional como el periodista Jesús Fuentes Cabañas fallecido en accidente de tráfico en 2007. Los 32 años en La Tribuna no han sido un paseo militar. He tenido seis directores y otros tantos redactores jefes, algunos mejores que otros, pero de todos he aprendido. También han sido muchos los compañeros que han pasado por el periódico e igualmente recuerdo con cariño y respeto a unos más que a otros.

Mi vida ha sido el periodismo, un aprendizaje continuo. El ejercicio de este bendito oficio me ha ofrecido la oportunidad de conocer y difundir el patrimonio cultural de Ciudad Real, contar su historia de la mano de los arqueólogos que han sacado a la luz los tesoros de Alarcos, Calatrava la Vieja, la Nueva, Sisapo, la Encantada, Jamila.

La etapa cultural me brindó la ocasión de conocer a grandes pintores (Antonio López, López Villaseñor, Miguel Navarro …) escritores, dramaturgos y poetas (Antonio Gala, Francisco Nieva, Félix Grande). En este capítulo he de agradecer a José Luis Loarce su labor en la BAM (Biblioteca de Autores Manchegos) de la Diputación Provincial de Ciudad Real y a José Luis Marchante fundador e impulsor del grupo artístico 'Mancha 10'.

En el Festival de Almagro he tenido también a grandes maestros como Miguel Narros, Andrea D'Odorico, Manuel Canseco, Luciano García Lorenzo, Pérez Sierra, Andrés Amorós, Antonio Serrano, Andrés Peláez …

Del mismo modo, expreso públicamente mi gratitud a magistrados, jueces, fiscales, secretarios judiciales, abogados, procuradores y forenses porque lo mucho o poco que sé de Tribunales se lo debo a ellos. En esta sección y en la de Sucesos he de agradecer mucho a médicos de Urgencias y cirujanos, 'gargantas profundas', así como a policías y guardias civiles.

Han sido 32 años de aprendizaje. Gracias a todos, a los lectores y a la Asociación de Periodistas de Ciudad Real por la Insignia de Oro. También quiero mostrar mi agradecimiento a la alcaldesa, Eva Masías; al presidente de la Diputación, José Manuel Caballero; y a la delegada de la Junta, Carmen Olmedo, por sus palabras y colaboración en el acto del día del Patrón, al tiempo que les pido respeto y cooperación para con los periodistas en el ejercicio de su profesión, de la defensa de la libertad de expresión tan necesaria e importante en estos tiempos. A mis compañeros les pido que no dejen de perseguir la verdad e informar con rigor y responsabilidad. El mayor capital del periodista no son las fuentes, la agenda, que también, es la credibilidad.

Dedico la Insignia de Oro a mi familia, a mi pareja Alberto Pérez Orellana, un gran periodista con una vasta cultura, y a mis compañeros de profesión: La Tribuna, Lanzadigital, Televisión Española, Radio Nacional, La Ser, Onda Cero, CMM (Televisión Castilla-La Mancha), La Cope, Televisión Ciudad Real, Imás y a cuantos desempeñan su función en los gabinetes de prensa, también importante y muchas veces no comprendida. Gracias de corazón, hasta siempre.