Pilar Gómez

MIS RAZONES

Pilar Gómez


La última oportunidad para el PP

28/02/2022

El Partido Popular implosionó en vivo y en directo en un episodio sin precedentes en nuestra democracia. Ha sido un acontecimiento singular que ha hecho tambalear la estructura del principal partido de la oposición y que ahora comienza a dar los primeros pasos camino de una incierta reconstrucción. El origen del derrumbe fue el empeño de la cúpula saliente en zarandear, y hasta intentar derribar, la estela creciente de Isabel Díaz Ayuso, su activo más valorado, su nombre con más poder de convocatoria. Celos, suspicacias, desconfianza, egos mal entendidos. Problemas de partido. Pablo Casado y Teodoro García Egea han pagado con sus cargos la embestida mal diseñada y peor ejecutada contra la presidenta de la Comunidad de Madrid. ¿Cómo fue posible semejante disparate?
La respuesta sigue siendo oscura y nebulosa pero el resultado a la vista está. Los barones de la formación conservadora, liderados por Alberto Núñez Feijóo, tuvieron que reaccionar de forma inopinada para frenar el deterioro imparable de la imagen de la formación conservadora que se desplomaba en los sondeos a un ritmo sin precedentes. Pablo Casado se despidió en la Cámara con unas palabras casi lacrimógenas y logró convencer al club de los líderes regionales para que le permitan seguir en el cargo, al menos simbólicamente, hasta la celebración del Congreso Nacional extraordinario fijado para principios de abril. Allí dirá adiós a su gente y emprenderá el camino de salida para nunca más volver. Será entonces cuando Feijóo, posiblemente el único candidato concurrente a la presidencia, sea aclamado como nuevo líder del PP. Un trámite inesperado que ocurre en momentos trágicos no sólo para la vida nacional sino en un escenario internacional de pesadilla, con una guerra en el corazón de Europa que amenaza con extenderse a todo el continente.
España necesita un partido de la oposición firme y potente. El PP ejercía esa función con posibilidades de acceder a la Moncloa en las próximas elecciones. Estos episodios inesperados quizás le cierren el camino y, según algunos indicios, podría propiciar que el tercero en la discordia, Vox, protagonice un acelerón de dimensiones aún desconocidas. Feijóo es un político experimentado, con cuatro mayorías absolutas en Galicia y con experiencia de gestión en la Administración pública. Conoce muy bien su partido, apenas ha protagonizado deslices reprochables y va a ser recibido como la última posibilidad para relanzar las siglas malheridas. Su reto es complicado. Recomponer un partido que ofrece ahora mismo una imagen descangallada no va a ser fácil. El primer paso será ahormar un equipo compacto y aprovechar las elecciones andaluzas para relanzar la imagen y elevar la moral de la tropa. Necesitará el respaldo de todos, cosa que ahora mismo se imagina un esfuerzo lógico. Se trata de sobrevivir. Si alguien se dispone a ponerle zancadillas, al final, caerán todos. Y el partido se irá al vertedero, como ya le pasó a grandes formaciones políticas en Italia o Francia de cuya existencia ya nadie se acuerda. Es la última oportunidad para el PP. Debería aprovecharla.