La remodelación del Paseo del Bosque es una de las obras más esperadas y de mayor envergadura que tiene en la actualidad Puertollano, sin olvidar otras de gran relevancia para la ciudadanía como la nueva Comisaría de la Policía Nacional y el futuro hospital. Estos dos últimos ya comenzaron a ejecutarse hace unos meses, mientras las obras del Paseo del Bosque arrancaron oficialmente ayer, con el vallado de todo el perímetro de cara a garantizar la seguridad de los viandantes que tendrán que utilizar los laterales de El Bosque para transitar por este vial durante los próximos diez meses, tiempo que se prevé que durarán las obras.

Los trabajadores de Sarrión Construcciones fueron colocando el vallado para blindar el acceso al Paseo. Unos trabajos, declararon, que se prolongarán a lo largo de esta semana para pasar después a la adecuación e impermeabilización del aparcamiento subterráneo, por lo que en breve los peatones no podrán circular por los paseos centrales y deberán hacerlo por los acerados laterales. A excepción de los clientes del establecimiento de comida rápida que se ubica en el centro del Paseo y al que se podrá acceder por una pasarela.

Los bares de la zona se afanaban ayer en retirar las mesas y las sillas de las terrazas y la Policía Local hizo lo propio con el depósito de vehículos que tenía en el parking. Es una muestra más de que Puertollano se prepara para acoger unas obras que con un presupuesto de 4,2 millones de euros, financiados por la Junta de Comunidades, la Diputación y el Ayuntamiento, algunos ven con dudas. A pie de obra, vecinos lamentaban que en Puertollano «se hagan muchos proyectos que después no se cuidan ni se conservan». El ejemplo, apuntaban ayer, es el mismo Paseo, una infraestructura realizada hace 35 años, en 1987, «y que ahora hay que volver a construir porque no se ha cuidado».

Dudas en el comienzo de las obras del paseo del Bosque - Foto: Rueda Villaverde

Un matrimonio que estaba ayer por la zona reconocía que el parking está en «muy mal estado», principalmente, lamentan, porque «no se ha mantenido», por lo que quizás, señalan, «hubiera sido mejor hacer alguna mejora y dedicar el dinero a otras necesidades más urgentes», aunque prefieren esperar a ver los resultados. Con mejores ojos ve el proyecto Miguel Sánchez, que camina a diario por esta zona en la que los «desperfectos son muchos». «Las baldosas son un peligro, sobre todo para los más mayores, que podemos pisar mal», comenta, al tiempo que declara que «hace falta dar un buen repaso a todo el pueblo».

Dudas son también las que mostraban ayer algunos comerciantes de la zona. Es el caso de María Sendarrubias, trabajadora de uno de los estancos, quien asegura que no sabe cómo afectará el proyecto a las ventas del negocio. «Mucha gente para un momento y compra», y eso, a partir de ahora, será más difícil, algo que teme también Carmelo Medina, del establecimiento de informática y telecomunicaciones. «No sé ni lo que van a hacer ni cómo me va a afectar», apunta.

El alcalde, Adolfo Muñiz, en declaraciones a La Tribuna, despeja esa incertidumbre. Defiende una remodelación que ayudará a dinamizar la economía local y el comercio con un espacio en el que «el peatón será protagonista frente a los vehículos». El objetivo es «que el punto más transitado de la ciudad sea más accesible», argumentando que estas obras demuestran que el equipo de Gobierno cumple con sus compromisos.