"Me acuerdo de los familiares que ya no están con nosotros"

A. Criado
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Desde hace catorce años, Alfonso Camuñas se mete en la piel de San José en el belén viviente de Moral de Calatrava, el más grande de la región

"Me acuerdo de los familiares que ya no están con nosotros" - Foto: Rueda Villaverde

El Ángel ordenó a José: «Levántate, toma contigo al niño y a su madre y huye a Egipto; quédate allí hasta que te diga, porque Herodes va a buscar al niño para matarlo». Se trata del segundo sueño de san José que narra la Biblia y que inspira una de las treinta y tres escenas del belén viviente de Moral de Calatrava, el más grande de Castilla-La Mancha, que celebró con éxito su decimocuarta edición el pasado domingo.

Desde 2009, el moraleño Alfonso Camuñas Acedo, vendedor de productos textiles de 54 años de edad, se mete en la piel del padre putativo de Jesús y da vida a este pasaje bíblico: «La Navidad es una época del año muy bonita para disfrutarla en familia, pero vivir este belén por dentro te llena mucho. Cuando acaba la representación, todo el mundo te felicita y eso es motivo de orgullo».

Durante las más de cuatro horas que permanece tumbado en un camastro dentro de una cabaña decorada con motivos de la época, Alfonso deja la mente en blanco: «Es mucho tiempo y te da tiempo a pensar muchas cosas. Yo me acuerdo especialmente de los familiares que ya no están con nosotros».

"Me acuerdo de los familiares que ya no están con nosotros" - Foto: Rueda Villaverde

El sacerdote Rafael Melgar fue el impulsor del belén viviente de Moral de Calatrava, una idea que trasladó a un grupo de jóvenes que estaba preparando la confirmación en la parroquia de San Andrés, con el objetivo de realizar «una catequesis en la calle». Un grupo de adultos, entre los que se encontraba Alfonso, se sumó al proyecto y organizaron una primera edición con apenas cuatro episodios bíblicos y una veintena de figurantes. Catorce años después, cerca de 200 personas participaron en la representación de más de una treintena de escenas: los Santos Inocentes, la Anunciación, el Nacimiento, los Reyes Magos, la fragua, la posada, el mercado... «Nadie podía imaginar entonces las repercusión que iba a tener», apostilla.

En el mes de septiembre se convocan las primeras reuniones organizativas, ya que el belén viviente no para de crecer y cada año ofrece muchas novedades a los miles de visitantes que acuden a Moral de Calatrava para presenciarlo, un reguero de gente que «impresiona». Este año se han colocado toldos rústicos a lo largo del recorrido, iluminado por un sinfín de velas y una alumbrado público con la intensidad reducida a la mínima expresión.

El belén recorre las calles del entorno conocido como el 'Toledillo', una zona que recibe este nombre porque evoca en su entramado a las calles de la capital regional, la ciudad de las tres culturas. Un entorno del centro del municipio que, además, está inmerso en la celebración del cuarenta aniversario de su declaración como Conjunto Histórico.

"Me acuerdo de los familiares que ya no están con nosotros" - Foto: Rueda Villaverde

Solidaridad. El belén viviente moraleño no sólo se ha convertido en una magnífica catequesis en la calle, sino que, cada año, saca también a relucir su carácter más solidario. Alfonso explica que, en esta ocasión, el dinero recaudado con los donativos que realizan los asistentes a la salida del recorrido se destinará a la iniciativa 'Gota de leche' para los niños sirios. El objetivo es llevar este producto lácteo de primera necesidad a más de 3.000 niños de cero a diez años del país asiático, un proyecto que necesita una inversión total de 253.000 euros para atender las necesidades de los menores nacidos en Alepo durante la guerra: «Como bien dice su nombre, una sola gota les hace mucho bien a esa gente».

Aunque son cerca de 200 personas las que se visten y participan en la representación, Alfonso subraya la colaboración que reciben de muchas otras personas del pueblo en el montaje y desmontaje de los escenarios, así como del Ayuntamiento, consciente de que este evento «da fama a Moral de Calatrava, está en boca de todos cada vez que llega la Navidad».