Saborear estas fiestas lejos de las bombas

Hilario L. Muñoz
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La familia Kutsevych son algunos de los vecinos ucranianos que tratarán de mantener sus tradiciones en Navidad en el exilio

Saborear estas fiestas lejos de las bombas - Foto: Rueda Villaverde

Esta Navidad, Ciudad Real cuenta con cientos de vecinos que celebrarán las fiestas entre su tierra de acogida y el país que tuvieron que dejar para escapar de las bombas. Entre estas familias se encuentra Svitlana Kutsevych, quien decidió poner tierra de por medio y dejar su ciudad, Kiev, ante el inicio de la invasión rusa de Ucrania, en marzo del año pasado. Primero pensaron en ir a casa de sus padres, en una población cercana, aunque les costó el doble del tiempo llegar. Tras una semana y entre conversaciones con Ramón Loro y Cristina Carrasco optaron por evitar la guerra y venirse a España. Ellos son la familia española de la hija mayor de Svitlana, Taisia, con quienes había pasado tres años gracias al proyecto solidario de la ONG Crean.

De este modo, primero viajaron a Polonia, donde se montaron en un autobús rumbo a Ciudad Real, en él viajaban Svitlana, Taisia y Timofii, el hijo pequeño, mientras que en su país se quedaba luchando en el frente su padre, Oleksandr, o como ellos le llaman Sasha.

Desde entonces viven en una casa cedida por un amigo del matrimonio español, mientras Svitlana ha logrado un contrato de trabajo, su hija recupera sus clases de piano en el Conservatorio y el más pequeño se hace con el idioma. Todo ello cuando se encuentra entre el pensamiento de no olvidar las raíces de su tierra, a la que esta familia no puede regresar con seguridad. Por este motivo, en Navidad recuperan sus tradiciones para acercar Ucrania a su ciudad de acogida.

Saborear estas fiestas lejos de las bombasSaborear estas fiestas lejos de las bombas - Foto: Rueda Villaverde

Hay ciertas diferencias entre la Navidad española y la ucraniana. La primera son las fechas, que están marcadas porque el día 19 de diciembre, en que celebran San Nicolás, es la fecha del intercambio de regalos. Luego la vida sigue hasta Nochevieja primero y la Nochebuena ucraniana, que se celebra en la noche del 6 de enero, fruto de los ajustes entre los calendarios gregorianos y julianos, donde hay 13 días de diferencia. En esa noche se suelen preparar «doce platos» y el primero de ellos para comer es la Kutia, un guiso de trigo sarraceno y semillas de amapola que sabe dulce. También hay ensaladas, con remolacha, puré de calabaza o carne con ciruelas, completan un menú en el que se bebe Uzvar, un té de manzana. A todo ello se suman las mandarinas, una fruta que se come tradicionalmente durante estas fechas.

«Comemos y rezamos con nuestra familia y al día siguiente nos despertamos muy temprano para cantar villancicos y se acercan a gente que están cerca para darles chuches o dineros», explica Taisia, al recordar la fiesta en su tierra. Este año tienen intención de celebrar la nochevieja. Antes, esta semana, los más pequeños ya han recibido  sus regalos, perfumes y unos dulces, ella, y lo mismo su hermano.

Mientras se aproximan las fechas claves, piensan en cómo celebrar la Navidad en la distancia con su padre. «Vamos a cenar en vídeo con nuestro padre», explica Taisia.

Saborear estas fiestas lejos de las bombas
Saborear estas fiestas lejos de las bombas - Foto: Rueda Villaverde

«Nunca jamás me imaginé que iba a conocer a Svetlana» reflexiona Cristina, quien recuerda que pasarán la nochevieja juntos. De hecho, Ramón recuerda que con la pandemia se cortó el  proceso de acogida de Taisia en verano y pensaron que no iban a volver a verse.  La desgracia les ha unido para cambiar la llamada que hacían antes en Navidad por una comida unidos, y soñar con celebrar en su casa y con su padre las fiestas.