Tenía una pintura maravillosa, mágica y etérea», una pintura con un lenguaje diferente, del que destacaba su «sensibilidad». Así era el arte que dejó a través de sus pinceles María Moreno, fallecida ayer en Madrid a los 87 años de edad. Esposa del pintor tomellosero Antonio López era también compañera de profesión, una profesión en la que dejó patente «su sensibilidad» en cada cuadro que alumbró, según destacó a este diario Pepe Carretero, artista también natural de Tomelloso. 

«Yo no he conocido a una persona más bondadosa que ella», afirmó Carretero en referencia a María Moreno, quien padeció una larga enfermedad que le hizo apartarse de la pintura. «Durante mucho tiempo sólo recordaba a su marido, Antonio López», comentó Carretero en referencia a María Moreno, cuya luz se apagó en Madrid, donde nació en 1933 y donde siempre ha residido. 

Antonio López y María Moreno se conocieron en la Escuela de Bellas Artes de San Fernando, en el año 1954, y ella perteneció al llamado grupo ‘de los realistas’, amigos que compartían inquietudes artísticas, del que formaba parte el propio Antonio López, Isabel Quintanilla, Amalia Avia, Julio y Francisco López y Lucio Muñoz. Carretero recordó que María Moreno expuso sus obras en ciudades como París o en muestras como la Ernst Wuthenow, en Fráncfort (Alemania), del mismo modo que apuntó a un documental de Televisión Española que lleva por título Imprescindibles: María Moreno, luz y guía de Antonio López, en el que se pone de relieve la pintura de esta artista que fue también el faro que alumbró al tomellosero Antonio López, el cual ha destacado por su pintura realista, como la que refleja cada detalle de la Gran Vía, o por cuadros como el que le encargó la familia real, así como por sus muchas esculturas, que le han hecho ganador de multitud de reconocimientos. Ayer perdió a su faro y compañera, María  Moreno.