La sustitución del papel higiénico tradicional de celulosa por toallitas húmedas está cada vez más extendida, siendo su «mal uso» la causa principal de los daños en sistemas de alcantarillado y depuradoras en multitud de localidades, entre ellas Puertollano. La acción de tirar una toallita al inodoro en lugar de a la papelera ha ido en paralelo a un aumento en los problemas de atascos en viviendas, edificios, redes de saneamiento y plantas de depuración. De hecho cada poco tiempo aparece en los medios de comunicación uno de los denominados ‘monstruos de las alcantarillas’, formado por las toallitas que se arrojan al inodoro sin tener en cuenta las consecuencias que conlleva. La estación depuradora gestiona más de 47 kilogramos de toallitas al día. Para hacer frente a este tipo de problemas y sus efectos, Aguas de Puertollano lleva a cabo un Plan de Revisión y Limpieza de la Red de Alcantarillado, además de en pozos e imbornales. De este modo, en la estación depuradora de aguas residuales (EDAR) se cuenta con un plan de mantenimiento integral en cuyas operaciones destacan las de mantenimiento preventivo de los equipos más propensos a tener problemas con  la presencia de toallitas, como informaron a este diario desde la empresa mixta. La naturaleza de los componentes de las toallitas hace que no se disgreguen durante la agitación en la red de saneamiento, tras lo cual tienden a engancharse y a enredarse con otras toallitas o elementos que puedan encontrar en su camino hacia la depuradora. «De este modo se producen los atascos y desperfectos que todos conocemos», señalan desde Aguas. A pesar de que en los envases se suele indicar la biodegradabilidad de este tipo de toallitas, éstas no se degradan en el agua con la misma facilidad que lo hace el papel higiénico de celulosa. «Después de la realización de diferentes estudios, se ha comprobado que el papel higiénico se degrada en unos 30 minutos, mientras que las toallitas húmedas permanecen inalterables pasadas 48 horas. Es por ello que sus fibras se aglutinan formando grandes madejas que atascan colectores, bombas, valvulería y demás equipos que encontramos en los sistemas de alcantarillado y depuración, suponiendo un elevado coste extra en estas instalaciones», explican desde la empresa mixta. De este modo, los principales problemas asociados a las toallitas han supuesto unos costes de más de 28.575 euros en el último año para Aguas de Puertollano, a los que habría que añadir los atascos y obstrucciones que constantemente se producen en viviendas.

Atascos en comunidades. En cuanto a viviendas, las toallitas suelen provocar obstrucciones y atascos en las instalaciones interiores de la comunidad de vecinos o viviendas, lo que se traduce a su vez en un incremento del consumo de agua, ya que en la mayor parte de estas toallitas indican que la descarga de la cisterna ha de ser completa, o que se debe hacer una descarga por cada una. En cuanto a colectores generales, las toallitas suponen un incremento de las acciones de limpieza en colectores y pozos de bombeo. Como ejemplo, a lo largo de 2019 se realizaron más de 170 intervenciones, que incluyen atascos del sistema de saneamiento e intervenciones preventivas después de llevar a cabo una inspección que preveía un atasco. El 80% de estas intervenciones se debe a toallitas y otros residuos no degradables, siendo necesario el uso de camiones mixtos de succión e impulsión. El coste de estas intervenciones supone más de 22.000 anuales a Aguas de Puertollano. Por último, en la EDAR se producen sobrecostes de explotación y mantenimiento debido a atascos en rejas de entrada, incrementos en consumos energéticos y repercusiones medioambientales debido a la calidad del efluente. Por ello, se han realizado modificaciones en los diseños de las estaciones de tratamiento y bombeo, con nuevos equipos de tamizado para retener estas fibras y renovación de bombas residuales por algunas de diseño especial que hace que se atasquen con una frecuencia menor, que han supuesto realizar inversiones por más de 6.575 euros.