La pandemia sube a 23,4% la exclusión en Castilla-La Mancha

EFE
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El informe Foessa revela que las desigualdades han crecido tanto como en la crisis de 2008

La pandemia sube a 23,4% la exclusión en Castilla-La Mancha

La pandemia de Covid-19 ha incrementado hasta un 23,4 por ciento la población de Castilla-La Mancha que está en situación de exclusión social hasta las 479.000 personas, de ellas 230.000 en «exclusión severa» y dentro de estas 10.000 personas que conforman la «sociedad expulsada», al estar en una situación crítica.

Así se determina en el informe elaborado por la Fundación Foessa que ha presentado hoy Cáritas de Castilla-La Mancha, que determina que el «tsunami» que ha supuesto esta crisis «se ha llevado por delante» a un buen número de hogares que tenían una integración plena, de forma que de la mitad de las familias castellanomanchegas que estaban en esta situación en 2018 el porcentaje ha bajado al 44 por ciento.

El técnico de la Fundación Foessa Thomas Ubrich ha explicado que, aunque la situación en Castilla-La Mancha es ligeramente menos negativa que en el conjunto de España, la crisis provocada por la Covid-19 ha ensanchado la exclusión en la región, que ha pasado de afectar a un 20,1 por ciento de la población a hacerlo un 23,4 por ciento, ya que están en esta situación 479.000 personas, uno de cada cuatro castellano-manchegos.

Aunque Ubrich matiza que para medir la exclusión social la Fundación Foessa no solo tiene en cuenta la pobreza, sino tras muchas dimensiones el empleo, la educación, la salud, las relaciones o los lazos sociales, entre otros, y a partir de estos indicadores se mide a la población con arreglo al número de problemas que acumula.

En este sentido, comenta que el aumento más grave es el de las situaciones de «exclusión severa», que ha crecido un 37 por ciento con la pandemia hasta llegar a 232.000 personas, que representan la mitad de las personas que están en el espacio de la exclusión social en la región. En particular, hizo hincapié en el deterioro que se ha dado entre el grupo de personas en una situación de exclusión más extrema y que acumulan el mayor número de dificultades.

Se trata casi de 10.000 personas que conforman la denominada «sociedad expulsada en Castilla-La Mancha», porque están en una situación más crítica y no cuentan con elementos compensadores que eviten el incremento de nuevas problemáticas.

En el informe, en cuya presentación han participado la presidenta de Cáritas Castilla-La Mancha, Mónica Moreno, y el provicario general de la Archidiócesis de Toledo, Raúl Muelas, se recoge que la desigualdad ha crecido tanto en esta crisis como en la de 2008, pues se han separado las realidades de quienes han mantenido su trabajo y los que han sufrido el desempleo sin protección social, o el empleo reducido en jornada o en remuneración. En términos de renta, la desigualdad en Castilla-La Mancha ha crecido en un más de un 37 por cientoen el breve periodo de tiempo que ha transcurrido desde el inicio de esta crisis, un porcentaje muy superior al que provocó la crisis de 2008.