Valor de ley, premio a la defensa del refugiado

Pilar Muñoz
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El abogado Francisco González, emocionado y «muy honrado» por el Premio 'Quijote' que le ha otorgado el Colegio de Abogados de Ciudad Real.

El letrado, con las mujeres que sacó de Ucrania y puso a salvo en España tras un viaje a la aventura llevado por su humanidad.

Acabo de llegar a la frontera, dejadme que tome un café y una hamburguesa y nos vamos para España», le dijo a dos mujeres ucranianas con sus hijas el letrado Francisco José González Ruiz-Zorrilla tras relatar a La Tribuna su aventura para traer a España a refugiados víctimas de la invasión de las tropas rusas. «Se acercaron, me preguntaron si las podía llevar y no lo dudé», recuerda Francisco González sin poder ocultar la emoción.

El Colegio de Abogados de Ciudad Real, en representación de los compañeros de profesión, le ha otorgado este año el Premio Quijote, que conceden a los letrados y letradas que reúnen «valores de nobleza, filantropía, profesionalidad y exquisito trato», indica a este periódico el decano, Cipriano Arteche, quien añade que recibirá el premio el próximo viernes de forma conjunta con los compañeros del Servicio de Orientación Jurídica y Social para Extranjeros del Colegio (SOJSE).

Arteche explica que otorgan el Premio Quijote a González Ruiz-Zorrilla por su «extraordinario auxilio» a refugiados ucranianos. Se desplazó hasta la frontera del país eslavo invadido por Rusia en su propio vehículo para poder trasladar a España a refugiados. En el caso de los letrados del SOGSE se premia la «excepcional labor» con los refugiados ucranianos durante estos meses.

A la aventura. Francisco José González Ruiz- Zorrilla confiesa a este diario que «nunca me han dado un premio. Es el primero, me honra y emociona, sobre todo, porque viene del Colegio de Abogados, de mis compañeros». Este premio también supone mucho para este abogado por cuanto significa.

Relata que todo empezó porque una persona le preguntó si se podía viajar en coche a Ucrania. Sí, tres días de viaje y entonces pensó «por qué no puedo ir, ¡vamos que me voy!» Dicho y hecho, se lió la manta a la cabeza, se puso al volante de su coche y partió desde Puertollano hacia el país invadido por Rusia con el fin de traer a España a refugiados.

«Fui a la aventura y de camino, cuando paraba para descansar, miraba mapas y buscaba información sobre dónde ir cuando hubiera llegado a la frontera de Ucrania», relata sonriendo al rememorar las andanzas. Al llegar a una ciudad fronteriza, preguntó dónde ir y le indicaron un pabellón habilitado en un centro comercial donde había muchos ucranianos que huían de la guerra. Estando allí se le acercaron dos mujeres con sus hijas de 8 y 14 años y le preguntaron si podía llevarlas fuera del país en guerra. «No me lo pensé, había ido para ayudar a estas personas. Sólo les dije que por favor me dejarán tomar un café y una hamburguesa porque prácticamente acababa de llegar».

Una vez que emprendieron viaje «sentí un poco de miedo, no las conocía, no sabía quién iba a meter en mi casa; pero supongo que ellas también sintieron miedo porque no sabían con quién se habían subido al coche», confiesa González.

El viaje fue largo y el inicio de una gran amistad. «Estaban muy angustiadas, tristes y atemorizadas porque en Ucrania quedaban sus padres y maridos». Pero tenían que poner a salvo a sus hijas. A una de ellas la llevó a Valencia y la otra se quedó en Puertollano, en su casa. Luego marchó a Alicante, «pero hablamos varias veces a la semana».

Alma de toga. El viernes también se entregarán otros galardones. El veterano penalista Ángel María Rico recibirá el Premio Alma de la Toga a la mejor labor desarrollada en el Turno de Oficio. Con este premio concedido por el Colegio de Abogados de Ciudad Real se reconoce el «esfuerzo y dedicación del letrado Ángel Rico durante 33 años en el Servicio de Guardia del Turno de Oficio».

Bachiller Sansón Carrasco. Otro premio instituido por el Colegio de Abogados es el Bachiller Sansón Carrasco que se otorga al abogado o abogada joven que más se ha distinguido en el ejercicio profesional o por su trabajo en beneficio de la institución y todos los colegas. Este año el premio ha recaído en Lidia Ruiz Pozo, Gabriel Pineño Sobrino, Jorge Fernández Morales y Vicente Cuesta Roncero por el «esfuerzo y trabajo realizado al inicio de la pandemia, elaborando un extenso documento de alegaciones a las reformas legislativas en materia de Justicia que se estaban acometiendo en ese momento».

Arteche está convencido de que la cena de verano y entrega de premios del viernes, tras dos terribles años de pandemia sin poder juntarse, va a ser muy celebrada por todos.