El vicario general de la Diócesis de Ciudad Real, Jesús Córdoba, puso de manifiesto el estrecho vínculo entre Ciudad Real y la Virgen del Prado, "como las dos caras de una misma moneda", en la homilía de la Misa del Voto de la Virgen del Prado. El sacerdote sustituyó ayer al obispo, Gerardo Melgar, ausente de esta eucaristía organizada por el Cabildo de la Catedral por estar participando en Madrid en los trabajos de la Conferencia Episcopal.

Esta ceremonia recuerda cada 25 mayo la aparición de la imagen la entonces conocida como Virgen de las Batallas en el lugar del Pozuelo Seco de Don Gil, donde más adelante se fundaría Ciudad Real y concluyó con la interpretación por los presentes de la Salve dedicada a la patrona de la Diócesis. La catedral estaba llena de fieles, entre los que se encontraban los representantes de numerosas fuerzas políticas.

Córdoba equiparó el vínculo que Ciudad Real tiene con la Virgen del Prado con la que pueda tener Granada con los Reyes Católicos; Cuenca con las Casas Colgadas o Zaragoza con la Virgen del Pilar, antes de subrayar la voluntad de la Virgen de permanecer en Ciudad Real a través del relato de su aparición en el Pozuelo Seco de Don Gil y de la imposibilidad de llevarla a otro lugar.

Misa del santo voto en la Catedral de Ciudad Real - Foto: Tomas Fernandez de Moya

El oficiante destacó igualmente las cualidades de María en su papel de madre de los cristianos, por lo que proclamó que "la Virgen del Prado vigila Ciudad Real", lo que le lleva a estar pendiente de "las oraciones, las obras y el sufrimiento de sus hijos".

Pero al mismo tiempo recordó que María sufre por los pecados de los hombres, a pesar de los cual ama a los pecadores.

Del mismo modo, destacó el vínculo de la Virgen del Prado con la Diócesis, lo que le llevó a reflexionar sobre la necesidad de vocaciones sacerdotales, como garantía de la continuidad de la Iglesia. De esta forma, animó a los cristiano a preguntarse por su interés en el fomento de dichas vocaciones.

misa del santo voto en la catedral de ciudad real, órgano de la catedral - Foto: Tomas Fernandez de Moya

Más fotos: