La primera piedra del antiguo Seminario

Rafael Cantero
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El acto de bendición y colocación de la primera piedra, fijada para el 19 de marzo de 1882, se retrasó hasta el día siguiente por causa de una tormenta que descargó sobre Ciudad Real. Se celebró finalmente con toda solemnidad un día después

La primera piedra del antiguo Seminario

Una vez creado el Obispado Priorato de las Órdenes Militares mediante la bula Ad Apostolicam de 18 de noviembre de 1875, promulgada por el papa Pío IX y nombrado Victoriano Guisasola Rodríguez como primer obispo prior, se presentó el problema de que la nueva diócesis debería contar para la formación de clérigos con un Seminario, de conformidad con las disposiciones del Concilio de Trento.

El obispo Victoriano Guisasola puso todo su empeño en cumplir con fidelidad y presteza la obligación de erigir un Seminario Conciliar a pesar de las gravísimas dificultades que tenía que superar, especialmente las económicas. 

Ante la falta de un Seminario, el obispo tomó la decisión de utilizar el edificio de la antigua Vicaría Eclesiástica, sita en el lugar que hoy ocupa la Diputación Provincial, y que servía de sede provisional al Obispo y a la Curia diocesana para impartir las clases a los alumnos que realizaban estudios eclesiásticos, toda vez que quería evitar los perjuicios que suponía a los aspirantes al sacerdocio el tener que desplazarse fuera de la diócesis para cursar los estudios. Como las características de las instalaciones del edificio de la Vicaría no permitía que los alumnos pudieran vivir en régimen de internado, el obispo no quiso dar a este centro el nombre de Seminario, aunque sí nombró como rector del mismo al canónigo Casimiro Piñera, que años más tarde sería nombrado obispo.

La primera piedra del antiguo SeminarioLa primera piedra del antiguo SeminarioSe hicieron múltiples gestiones y estudiaron diversos emplazamientos para contar con un Seminario digno, incluso se vio la posibilidad de adaptar para el antiguo Hospital de San Juan de Dios, situado entre las actuales calles Ruiz Morote, Ramón y Cajal y Hernán Pérez del Pulgar, que por entonces estaba ocupado por las Escuelas Normales y las de Prácticas de niños. Tras diversas gestiones, y teniendo en cuenta que el edificio no reunía las condiciones elementales para un internado, el obispo abandonó el proyecto de adaptación del Hospital de San Juan de Dios y optó por levantar un edificio de nueva planta en un solar de 9.075 metros cuadrados que se conocía con el nombre de Huerto del Moral, y que estaba situado en las inmediaciones de la Puerta de Alarcos, en el polígono que formaban las actuales calles Alarcos, Olivo y Obispo Estenaga, que era propiedad de Bárbara de Bustamante y Campaner.

Los planos del edificio fueron encargados a Vicente Hernández, que era el arquitecto diocesano. El edificio proyectado, de dos plantas, ocuparía una superficie de 4.216 metros cuadrados, quedando el resto para patios y lugares de recreo, formando un rectángulo con tres patios interiores, uno en el centro y dos laterales. 

El acto de bendición y colocación de la primera piedra, fijada para el 19 de marzo de 1882, se retrasó hasta el día siguiente por causa de una tormenta que descargó sobre Ciudad Real. Se celebró finalmente con toda solemnidad, en presencia del Cabildo Prioral, autoridades provinciales y locales y más de 2.000 fieles. La franja de terreno donde iría la fachada lucía esplendorosa con la profusión de adornos que se colocaron. En la parte central se construyó un vistoso estrado con columnas y arcos de follaje y un templete con su altar correspondiente para la ceremonia religiosa. También se colocaron banderolas con el escudo y los colores nacionales, así como colgaduras con las cruces de las Órdenes Militares. 

El obispo prior bendijo la primera piedra y en su interior se depositaron, según costumbre, una caja de plomo, que contenía el acta inaugural, monedas del monarca reinante y periódicos del día.

La revista La Ilustración Española y Americana, de fecha 8 de abril de 1882, se hizo eco del acto de colocación de la primera piedra del Seminario de Ciudad Real y publicó en sus páginas el grabado alusivo a dicho acto que se reproduce aquí.