Entre 10.000 y 15.000 euros para proteger la Venta de Borondo

Ana Pobes
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El Ayuntamiento está estudiando además alguna propuesta para su futuro uso a la espera de recibir financiación externa, ya que «con recursos propios es imposible», lamenta su portavoz

Entre 10.000 y 15.000 euros para proteger la Venta de Borondo

La Venta de Borondo, en Daimiel, es desde el pasado mes de julio de titularidad municipal. Un proceso que comenzó en el año 2016, y que tras aprobarse en Pleno por unanimidad la donación de sus propietarios al Ayuntamiento se firmó después la escritura pública ante notario con el fin de salvar este edificio del siglo XVI que estaba en derrumbe. 

Ahora el Ayuntamiento estudia, junto a los técnicos municipales, las diferentes propuestas que la Asociación Cultural Venta de Borondo y Patrimonio Manchego puso encima de la mesa, ya que hasta el pasado mes de julio ha sido una de las entidades que más se ha preocupado por conservar este inmueble a través de distintas mejoras, actuaciones y movilizaciones. El portavoz en el Consistorio de Daimiel, Jesús David Sánchez de Pablo, explica a La Tribuna, que el objetivo es hacer un proyecto propio a la espera de recibir financiación externa, ya que «con recursos propios es imposible afrontar una actuación de calado», lamenta. Por ello, se trabaja en la búsqueda de un proyecto para su uso futuro con el fin de que si llega la oportunidad de recibir esos fondos, «tenerlo todo preparado para poder optar y no dejar pasar ninguna oportunidad». 

Hasta entonces, el Ayuntamiento, en su apuesta por cuidar y proteger esta venta cervantina, ha reservado en los presupuestos municipales de 2023 una partida de entre 10.000 y 15.000 euros. Es solo un pequeño gesto que demuestra el interés del equipo de Gobierno, capitaneado por el popular Leopoldo Sierra, por conservar este edificio. Con ese dinero, comenta Sánchez de Pablo, se garantizará la seguridad de la infraestructura y del entorno para «evitar cualquier accidente» ante su estado crítico de derrumbe. Se trata de un proyecto a «corto y medio plazo» en el que trabajará el Ayuntamiento, ya que su restauración y mejora es imposible abordar con presupuestos propios. «Hay que ir dando pasos certeros. El primero garantizar la seguridad de los accesos y en paralelo tener un proyecto por si se nos concede financiación externa para su puesta en valor. Nuestro compromiso con la venta existe», argumentó. 

La titularidad municipal no hubiera sido posible sin la generosidad de sus propietarios, quienes donaron el inmueble al Ayuntamiento de forma gratuita. Por ello, en agradecimiento a esta actitud altruista, el equipo de Gobierno está organizando un acto público con la instalación de una placa en la Venta de Borondo en su reconocimiento. Será en los próximos días, ya que la fecha está sin determinar. 

Junto a la Venta de Borondo, los propietarios y el Ayuntamiento, la otra protagonista de esta historia es la Asociación Venta de Borondo y Patrimonio Manchego, quien desde 2016 ha trabajado por su divulgación y restauración. Su presidente, David Cejudo, señala que la asociación sigue aún pendiente de la niña de sus ojos. Fiel reflejo de ello es que el colectivo lanzó en octubre una encuesta a la ciudadanía a través de sus redes sociales para conocer, entre otros aspectos, qué usos se le puede dar al inmueble. Encima de la mesa ya hay algunos como, por ejemplo, albergar un museo etnográfico o ventas manchegas, representaciones escénicas o la posibilidad de instalar un pequeño observatorio astronómico, como así propuso la Asociación de Astronomía de Daimiel. 

Aunque el sondeo aún no se ha cerrado, las primeras respuestas apuestan por un «uso cultural inspirado en lo que representa y los siglos que tiene de historia», señala al tiempo que declara que «son muchas las respuestas que hay que analizar y valorar», pues «a pesar de que la gestión ya corresponde al Ayuntamiento seguiremos presentando ideas y propuestas», enfatiza.