Accesos por carretera en la capital

Escolástico González
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Escolástico González dedica 'Las Ocho Puertas' a repasar las necesidades de cada una de las entradas en la capital

Accesos por carretera en la capital

La imagen de la ciudad en sus entradas por carretera ayuda a imaginar la ciudad en su interior. La primera impresión es lo que cuenta. Ciudad Real tiene siete puntos de entrada por carretera que son conocidos por el nombre de la localidad limítrofe más importante: Carretera de Puertollano, Piedrabuena, Porzuna, Malagón, Carrión, Miguelturra y Calzada y que, en realidad, son tres carreteras nacionales y dos de ámbito comunitario. La conexión de todas, nacionales y autonómicas, con la actual ronda, punto obligado de paso, ha creado un problema de tráfico, además de un maremágnum urbanístico en las entradas de la ciudad, difícil de solucionar, y que se acrecienta a medida que la capital va desarrollándose sin tener una segunda ronda que debía de haber sido construida hace más de veinte años.

Así, Ciudad Real cuenta con siete accesos distintos que están sometidos a la disciplina del organismo que ostenta la titularidad de la vía, el estado y la comunidad autónoma, y que impiden a la administración local actuar sobre ellos sin el permiso adecuado, de tal forma que, una simple actuación de acometida, acerado o señalización, tiene que ser sometida a la aprobación correspondiente, impidiendo al Ayuntamiento ejecutar proyectos de ordenación de las vías de entrada a la capital. Esta falta de autonomía en la gestión está motivada principalmente por no ser vías urbanas. A todo este caos en las entradas se ha de sumar la falta de variantes para desviar el tráfico que no necesita pasar por la ciudad y que, en muchos casos, es un tráfico pesado procedente de otros puntos de España. 

Carretera de Puertollano y de Carrión.

Delicada y conflictiva la situación para los peatones en su tramo principal de entrada a la ciudad desde la A-43 en La Poblachuela hasta la rotonda del Quijote Arena y un maremágnum, y desorden absoluto, en su lado opuesto de la carretera de Carrión hasta el puente del AVE. En el lado sur de la ciudad, la entrada que conecta el anejo de La Pobachuela con la ciudad no dispone de las condiciones adecuadas para su uso peatonal al no contar con acerados, ni pasos, ni carril bici, lo que le hace inaccesible en caminando o en bici. Pero, lo más grave, es tener que soportar todo el tráfico pesado de camiones que procede de Extremadura y Portugal con destino al Levante, o viceversa, y que está obligado a pasar por ahí para incorporarse o salir de la A-43.

Mientras no exista una variante que conecta la N-430 (carretera de Piedrabuena) con la A-43, esta vía seguirá estando dedicada al tráfico pesado de camiones e impidiendo que se pueda realizar un acceso urbano a la ciudad con seguridad. 

En el lado norte de la ciudad, en su entrada desde Carrión, tres zonas industriales hasta la misma puerta de entrada, dos ya existentes y otra en expectativa de construcción, y que tendrán un capítulo exclusivo en próximas fechas, generan el caos del tráfico rodado y peatonal. Hoy, solo es motivo de reseña el acceso a la ciudad por el viejo polígono de la carretera de Carrión.

El acceso y salida por esta carretera comienza con la rotonda minúscula y ridícula. La entrada y salida por la N-430 y N-420, la más concurrida, bien merece rediseñarla por completo para vehículos, peatones y comerciantes con la construcción de un 'bulevar' dedicado al comercio, en lo que es la actual carretera que permita la comunicación entre ambas zonas industriales y que ordene el tráfico rodado y peatonal. Una avenida ancha que sirva de escaparate para las múltiples actividades comerciales del polígono, junto con zonas verdes, arbolado y grandes acerados dotarían a la entrada de un aspecto digno para la actividad comercial y que, junto a una iluminación adecuada, mobiliario urbano, señalética especial, diseñada para el propio comercio, y la alineación adecuada de las zonas de exposición, servirán para reactivar lo que hoy es un área comercial decadente y dignificaría la entrada a la capital. 

Carretera de Piedrabuena.

La ciudad, que seguirá ensanchando y creciendo con la nueva zona desafectada del regadío del Vicario y la construcción del futuro parque de incendios, no impedirá que todo el tráfico de vehículos y camiones siga llegando hasta la rotonda del Quijote Arena por la falta de una variante y la segunda ronda de circunvalación. En el caso del tráfico de la N-430 cabe la posibilidad de una importante mejora temporal hasta que se construyan las variantes y la segunda ronda de circunvalación, para evitar todo el tráfico pesado de camiones, que entra y sale por ella. La solución consiste en realizar un desvio obligatorio del tráfico pesado por la CR-4128 a la altura de Alarcos para hacerlo llegar de forma directa a la A-43. 

Plantear al Ministerio una solución transitoria del desvio que puede ejecutarse de inmediato hasta la resolución definitiva que tardara no menos de una década, parece una solución de mejora. 

Carretera de Porzuna y de Calzada.

La CM-412, una vía autonómica, es la que más interfiere en la ciudad y no obstante es la menos reivindicada para hacer variantes y realizar una adecuada regulación del tráfico. La ciudad administrativa convertirá a esta carretera en un punto neurálgico de la ciudad con llegada desde las otras vías de acceso. Aún faltan 30 meses para la terminación de las obras del antiguo hospital y el traslado de dependencias, pero la construcción de las infraestructuras viarias que den cobertura a esta nueva ordenación, junto a unos amplios aparcamientos, tardarán aún mucho más porque no están contempladas ni por la Comunidad, ni por el Ayuntamiento. Realizar un proyecto de ordenación de la ciudad, agrupando todos los servicios administrativos que se encuentran en la misma, requiere ordenar, simultáneamente, la llegada a dicho centro administrativo desde otros puntos de la provincia. 

La construcción de la segunda ronda por el lado suroeste desde la carretera de Calzada, hasta llegar a la altura de la Confederación Hidrográfica, por un lado, y desde la N-401, carretera de Toledo, por otro, hasta es misma rotonda, se hace obligado y urgente para evitar el paso de vehículos a la actual ronda. Es muy posible que una vez concedida la licencia de obras y asumido el proyecto, el resto de infraestructuras se demoren por décadas.

Carretera de Toledo.

Hasta su unión con la misma Puerta de Toledo, se ha convertido en una vía urbana, las urbanizaciones existentes a ambos lados y las vías de servicio paralelas a la carretera no son suficientes para un adecuado tráfico rodado y peatonal. El desnivel entre las nuevas edificaciones de viviendas del reconvertido polígono industrial y la cota de la calzada obliga a pensar y diseñar un proyecto de integración. La construcción de un nuevo centro comercial a la entrada de la ciudad por esta carretera aumentará el tráfico de peatones, haciendo aún más necesaria la adecuación urbana.

Carretera de Miguelturra.

La avenida del Parque de Cabañeros es el punto de conexión natural de ambas poblaciones sin necesidad de utilizar la rotonda sobre la autovía A.43. La avenida es una vía de entrada a la ciudad, diseñada para tal fin, que permitirá el tráfico rodado y peatonal desde la vecina localidad hasta el mismo centro de la ciudad, sin necesidad de utilizar la CM-4174. Pendiente de conocer el proyecto final de ejecución de la pasarela ciclo peatonal, la solución adoptada cambiará el uso de una u otra vía al cambiar la entrada peatonal a la ciudad. 

Si se mira el mapa con la perspectiva y detalle que requieren una ordenación adecuada y de seguridad para los peatones se puede comprobar la continuidad de esta avenida de Cabañeros hasta llegar y enlazar directamente con las avenidas de Tablas de Daniel y la de Lagunas de Ruidera y conectar desde ahí con la actual ronda y la avenida de los descubrimientos.