Los antiguos depósitos de agua de Ciudad Real

Rafael Cantero
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En 1912, siendo alcalde Miguel Pérez Molina, se construyó e inauguró un segundo pozo de agua en las Huertas de la Poblachuela, se mejoraron las infraestructuras de conducción del agua y se construyó un depósito de agua en Ciudad Real

Antiguos depósitos de agua

El sistema de gestión del agua es una pieza fundamental de la política de desarrollo económico de una ciudad. Durante muchas etapas de nuestra historia las autoridades municipales hicieron verdaderos esfuerzos para mejorar el abastecimiento de agua a la ciudad y aumentar el caudal del agua disponible, ampliando la extensión de la red de distribución para satisfacer al menos las necesidades mínimas de la ciudad.

El crecimiento de la población y de su nivel de vida, junto con el progreso industrial, han sido factores que han contribuido al incremento de la demanda de agua y su escasez hídrica.

Los intensos y diversos periodos de sequías que se han producido en Ciudad Real han sido una constante en nuestra historia más reciente. Diversas crónicas nos hablan de periodos de baja pluviometría, que con frecuencia provocaban situaciones insostenibles, teniendo que recurrir la población a realizar plegarias para que lloviese. Estas plegarias llamadas rogativas no eran otra cosa que unas simples oraciones o súplicas al Todopoderoso, para propiciar la llegada de las lluvias. Muchas de estas rogativas están registradas documentalmente en los archivos parroquiales o diocesano, lo cual es una fuente muy valiosa para conocer estos periodos de sequía.

Antiguos depósitos de aguaAntiguos depósitos de agua - Foto: Tomás Fernández de Moya

Han sido muchos y continuos los esfuerzos realizados para buscar recursos hídricos con el fin de dotar a Ciudad Real de agua suficiente para su consumo y servicios. En los primeros años del siglo XX las aportaciones de agua para el abastecimiento de la ciudad eran insuficientes, agravándose el problema si venían tiempos de sequía. La búsqueda de nuevas captaciones de agua se convirtió en una constante en todos los gobiernos municipales.

La primera obra de ingeniería e infraestructuras realizadas para traer el agua a Ciudad Real se produjo en el año 1860, siguiendo el proyecto del ingeniero francés Eugenio Salarnier, que extraía el agua de un pozo de situado en las Huertas de la Poblachuela.

Este proyecto pronto se vio superado, al no poder garantizar el agua necesaria que requería la población. Ante esta situación, en el año 1912, siendo alcalde Miguel Pérez Molina, se construyó e inauguró un nuevo pozo en las Huertas de la Poblachuela, se mejoraron las infraestructuras de conducción del agua y se construyó un nuevo depósito en Ciudad Real.

El nuevo depósito se edificó en unos terrenos propiedad de Francisco de Paula Muñoz y Jaraba, que fueron donados para tal fin. Estos terrenos estaban situados en el paraje denominado Camino del Campillo, frente al actual complejo deportivo Santa María. Las obras se llevaron a cabo con celeridad, iniciándose en junio de 1912, siendo inaugurado el depósito, el día 27 de octubre del mismo año, asistiendo al evento las principales autoridades del momento.

En la fotografía superior, publicada en la revista Vida Manchega, aparece el obispo Prior don Remigio Gandasegui; el alcalde Miguel Pérez Molina; el arquitecto el señor Calvo y el maestro de obras, el señor Romero, visitando las obras de construcción del nuevo depósito. En esta imagen podemos ver la excavación del depósito que estuvo situado una zona elevada al oeste de la ciudad, en el lugar donde hoy se encuentra la escuela infantil Alfonso X.

El problema del abastecimiento de aguas a Ciudad Real, se solucionó a partir del año 1924, con la construcción del Embalse de Gasset y los nuevos depósitos de la Atalaya.