"Vamos a apretar hasta conseguir nuestro objetivo"

M. Lillo
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Pedro Barato, presidente de Asaja, en una entrevista a La Tribuna reconoce que "el Gobierno tiene que poner medidas" a la situación actual que está viviendo el sector agrario

"Las movilizaciones seguirán mientras no haya respuesta" - Foto: Rueda Villaverde

El sector agrario está en pie de guerra. Miles de agricultores salen prácticamente todos los días a la calle para protestar por la situación que viven. Afirman que están al límite, que el bajo precio que les pagan por sus productos les está asfixiando, mientras que, por contra, tienen que afrontar elevados costes de producción, también el que conlleva la subida del Salario Mínimo Interprofesional. Además ya han comenzado las negociaciones de la nueva Política Agrícola Común (PAC), la que debe definir las condiciones del sector para el periodo 2021-2027. No es una cuestión menor, todo lo contrario. Las ayudas de Europa dejan más de 200 millones de euros cada año en la provincia y, sin embargo, las previsiones no pintan nada bien. Se plantea un recorte del 14% por ciento para estos fondos, lo que supondría un tijeretazo de 925 millones de euros anuales en España si se cumplieran esos malos pronósticos. No obstante, de momento hay que esperar debido a las discrepancias entre los países miembros. En todo esta situación hay un ciudadrealeño que marca la pauta del campo español, liderando las negociaciones con el Gobierno y buscando la unidad de acción con el resto de organizaciones, UPA y COAG, ese ciudadrealeño es el presidente nacional de Asaja, Pedro Barato, quien analiza toda la situación que afecta al sector. 

¿Cómo ve el escenario de la negociación de la PAC que se comenzó a debatir el pasado día 20?

Todas las negociaciones de la PAC, todas, han sido muy complicadas, a cara de perro hasta el último minuto. Esta no es menor, pero en una negociación en Bruselas hay que tener aliados y dentro de los aliados hay que tener claro qué es lo que uno quiere. Soplar y sorber no vale. Lo que tenemos que hacer ahora mismo es elegir en la negociación qué es lo prioritario: si fondos agrícolas o fondos de cohesión. Francia lo ha decidido: fondos agrícolas; Alemania lo ha decidido: agrícolas. Nosotros hemos estado ahí y ahora parece ser que nos inclinamos más por los fondos agrícolas, por lo tanto hay que tenerlo claro.

¿Por qué fondos agrícolas?

Pues no porque a mí me interese como representante del sector, sino porque viene mucho más dinero neto a España que por fondos de cohesión, que sería dinero que hay que complementar. Por cada 50 euros que ponga el fondo de cohesión, del presupuesto del Estado hay que poner otros 50. Por lo tanto, verde y en botella, yo apostaría por los fondos agrícolas que cohesionan tanto o más que los fondos de cohesión. Esa es la primera premisa. La segunda es que dentro de estos socios o amigos que hay que tener, yo no me saldría nunca, nunca, del eje Francia-Alemania-Comisión. No me saldría nunca porque otros tienen otros intereses. En tercer lugar, el Parlamento va a jugar un papel decisivo. Si mantienen lo que los eurodiputados han dicho, tanto del Grupo Popular como Socialista, nos encontraríamos con un problema, ya que el Parlamento no aceptaría una rebaja por debajo del 1,3% o por lo menos es lo que han dicho. 

¿Cómo afectarían al campo español los recortes del 14% que se plantean?

Cualquier recorte que venga a los fondos agrícolas, y más en los porcentajes que se está hablando, sería una barbaridad, sería para determinados sectores y determinados territorios el cierre de muchas explotaciones muy mermadas ya y desde luego no valen excusas del Brexit, ya que alguien se está preparando y diciendo que si Reino Unido deja de poner 70.000 millones, cuando son 70.000 millones para todos, no para la agricultura... Además aquí está el compromiso de que si se necesitaba dinero se iba a poner. Yo creo que en el sector agrario siempre hay unas varas de medir. Aquí quiebra una compañía aérea y los gobiernos, o el nuestro, pone más de 200 millones para salvarla... Oiga, tiene usted la empresa más grande y mejor de España, vele un poco más por los intereses de tantos miles de personas de forma directa y algún millón de forma indirecta. 

¿Cree que el Estado estaría a favor de aportar más?

No vienen los tiempos por ahí por lo que estamos oyendo, por lo tanto, yo creo que lo que tienen que hacer es pelear hasta el último céntimo de euro en esta negociación de Bruselas. 

El recorte sería un drama para muchas familias...

Para familias y para sectores porque luego veríamos cómo se reparte digamos la miseria. No obstante, a mí todavía me queda la esperanza de que en las negociaciones lo hagan bien y que defiendan los intereses españoles. 

El campo español está en pie de guerra, con tractoradas prácticamente todos los días en distintas ciudades del país, ¿cree que se está desoyendo al sector?

El que no oiga lo que el campo está diciendo es que tiene algún problema en el oído. Yo tengo que agradecer mucho a la sociedad española y a los partidos políticos el que se hayan pronunciado todos diciendo que hay que apoyar al sector agrario, pero aquí ya no cabe nada más que la solución a todos estos entendimientos entre comillas: dejar de predicar y dar trigo y el trigo son las medidas que estamos pidiendo. 

¿Qué medidas en concreto están reclamando para el campo?

Primero, hay que abordar el problema que tenemos con los precios en origen y la cadena alimentaria. Tenemos problemas de precios y de costes, por lo tanto, la Ley de la Cadena tiene que ser esa ley que, guardando el equilibrio, por un lado, permita que no se pueda vender un producto por debajo de los costes de producción y, por otro lado, ese producto tiene que ser producido con unos costes con normalidad. ¿Qué costes?- Energía, impuestos, gasóleos, plásticos, fertilizantes... Yo creo que se puede hacer perfectamente y que esa modificación de la Ley de la Cadena tiene que incluir primero el que los precios hay que calcularlos desde lo que cuesta un producto y a partir de ahí poner precios. En segundo lugar, las ventas a pérdidas hay que prohibirlas; en tercer lugar, abordar la banalización del producto, esas históricas ofertas y reclamos que hay que quitar. Además, la ley tiene que llevar muchas más cosas: contratos, que se cumplan, precio en el contrato y obligatoriedad de que ese producto, porque lo dice la ley, como máximo, hay que pagarlo en 30 días al ser producto perecedero. 

¿Esas mejoras vendrían a suplir una posible reducción de los fondos de la PAC?, ¿serían un salvavidas frente a los recortes?

No tiene que ver nada una cosa con la otra. Si estamos hablando de mercado, hablamos de mercado; si estamos hablando de PAC, hablamos de PAC, no todos los productos agrícolas tienen ayudas de la PAC, por lo tanto, no mezclemos. Una cosa es la Ley de la Cadena para dar transparencia y para que se reparta en lo que yo llamo un tercio-un tercio-un tercio (que sería el porcentaje que debe llevarse cada eslabón que interviene en el proceso, desde el agricultor, al distribuidor y al comercializador) y eso es otra cosa, no tiene nada que ver.

El ministro de Agricultura apunta a que la modificación de la Ley de la Cadena va a ser inminente, este mismo mes. 

Ojalá. La Ley de la Cadena es el contenido que lleve la Ley de la Cadena y una vez que veamos el contenido de esa ley, pues ojalá y que salga cuanto antes, que es lo que tiene que hacer. 

Comentó usted el otro día que el vicepresidente del Gobierno, Pablo Iglesias, les animó a que «apretaran», ¿van a apretar con más movilizaciones?

Nosotros estamos haciendo lo que tenemos que hacer y quien tiene que apretar es el Gobierno dando soluciones a los problemas que tiene planteados encima de la mesa. 

¿Cómo acogió esas palabras del vicepresidente? ¿El que él mismo, de quien depende parte de la solución, les animara a seguir las protestas?

Cada uno es rehén de sus palabras. A mí me gusta ser rehén de los hechos y los hechos son que el vicepresidente puede decir lo que dijo, que además lo puso de manifiesto ante la opinión pública española, porque creo que tenía que hacerlo, pero una vez dicho hecho, yo creo que no se es consciente, hay que ser consciente para poner encima de la mesa las medidas que tiene el sector. Lo de empujar está bien, pero yo creo que  de eso el vicepresidente no era consciente, muchas veces son conscientes de la retórica, de las frases hechas, pero yo creo que en esto al final le salió el tiro por la culata. Aquí lo que tiene que hacer el vicepresidente es eso, apretar, pero apretar poniendo soluciones encima de la mesa y hay algunas que pueden depender de su departamento. 

El representante de Asaja en Extremadura avanzó una movilización frente a la casa de Pablo Iglesia, ¿lo corrige usted o cree que se debe desarrollar?

Yo no corrijo a nadie porque, primero, no soy quien para corregir a nadie y, en segundo lugar, Asaja es una confederación de organizaciones y hay libertad de acción y libertad de opinión. Yo estoy ahora mismo trabajando en una unidad de acción con la UPA y con la COAG y no me gustaría que estos hechos tapen la realidad. Vamos a la realidad y esa es la necesidad de abordar la Ley de la Cadena, las tarifas eléctricas, los impuestos, los sistemas de módulos, el agua, los seguros agrarios, la revisión del marco financiero en la PAC... Eso es lo que a mí me interesa. Yo sé que eso periodísticamente puede interesar de otra forma... 

¿Defiende el que se lleve a cabo esa manifestación?

Yo no defiendo nada más que la tabla reivindicativa, que es lo que me toca ahora, eso es lo que defiendo, e insisto, Asaja es una confederación en la que cada uno es libre y yo ni voy a desmentir ni voy a criticar, voy a respetar y, por lo tanto, ancha es Castilla.  

En cualquier caso, ¿seguirán con el calendario de movilizaciones en tanto en cuando no tengan respuesta a todas esas demandas que usted plantea?

El viernes 700 tractores salieron a las carreteras de Tarragona, Murcia y Guadalajara. Seguiremos con movilizaciones el día 24 en Jaén; 25 en Sevilla y Alicante; 28 en León y Cantabria; el 2 de marzo en Ponferrada, el 5 de marzo Huelva y el 14 de marzo Tenerife. Además, propondré al Comité ejecutivo provincial de forma inmedita la concentración en carreteras en toda la provincia de Ciudad Real. Por lo tanto, las movilizaciones siguen en tanto en cuanto no haya respuesta y el Gobierno lo que tiene que hacer es poner las medidas encima de la mesa. 

En estas movilizaciones han conseguido estar unidas todas las organizaciones agrarias ¿es producto de una situación límite?

Esto es una situación límite que la han catalogado como la tormenta perfecta. Veníamos de un año 2019 con una caída de renta de casi el 9%, muchos problemas climatológicos, luego vinieron los aranceles de Trump, que qué tendrá que ver el lío de los aviones para que sea el sector agrario el que pague el pato de los aranceles y luego el veto ruso. Por último el Salario Mínimo Interprofesional, que para determinados sectores con mucha mano de obra y con la crisis que hemos tenido el incrementar un 34-35% de forma directa y con las cuotas de la Seguridad Social hasta el 42% el coste salarial es una auténtica barbaridad. Tormenta perfecta, se van sumando problemas y al final resulta esta situación. 

Se ha criticado mucho la oposición  del sector a la subida del Salario Mínimo y los han calificado de tacaños, ¿qué opina al respecto?

Mire, que no hagan demagogia, el sector agrario viene pagando religiosamente lo que en los convenios venimos estableciendo a lo largo de muchos años con los sindicatos representativos, UGT y CCOO. Nadie nos puede decir que nosotros hemos pagado por debajo de lo acordado con los representantes de los trabajadores, nunca. Por otra parte, hemos dicho mil y una vez que los inmigrantes que vienen a trabajar al campo nunca han sido un problema, han querido crearnos problemas otros, no los inmigrantes, que nunca han creado problemas. La inmigración para nosotros ha sido la solución, no un problema, por lo tanto, sabemos muy bien de lo que hablamos. Ahora, este tipo de situaciones se daba en otras épocas que tanto critican por un lado y por otro, nosotros entendemos que esto hay que hacerlo en la mesa de negociación. ¿Usted cree que nosotros es que no queremos pagar a los trabajadores?- No 950 euros, lo que haga falta, pero por otro lado tenemos que tener nosotros también una rentabilidad para pagar esos salarios porque en la misma disposición estaría yo de decir: Haga usted un decreto-ley para que lo que yo produzco no pueda estar nunca por debajo de los costes de producción, hágalo. Sin embargo sabemos que esas no son las reglas del juego aunque también se podría decir. Por lo tanto, el Salario Mínimo Interprofesional ha venido a dar la puntilla a muchos sectores. La ministra decía que no tenía datos todavía y yo no sé si es por el Salario Mínimo o no, pero lo que es cierto es que el año pasado hubo 50.000 desempleados más en el sector agrario y en lo que llevamos de año casi 10.000, ahí están los datos...   

En materia de agua, que es una de sus reivindicaciones históricas, y más en esta tierra, ¿cuál sería la solución?

En materia hidráulica yo creo que las teorías de Asaja son las válidas. Esto, o se hace cuestión de Estado o van a ser una guerra de guerrillas no ya entre comunidades autónomas, que también, lo será entre comarcas y provincias. Hay una irresponsabilidad por parte del Gobierno en materia de agua. Si esto es sentarse, ver las necesidades de cada uno y las existencias que tenemos. Hay que analizar las cuencas de los ríos, a quien le sobra, a quien la falta y esto no es un problema que se pueda arreglar con trasvase sí y trasvase no, que es a lo que estamos acostumbrados aquí, hay que ver la situación. Cada día que pase es peor porque, tristemente, cada día hay más regiones y menos España y esto van a ser enfrentamientos permanentes, así no arreglamos nada. Desde luego, lo que no puede ser es que el problema del agua se arregle a base de sanciones. El problema del agua se arregla con agua y como ha hecho esta tierra, donde se riega localizadamente, con el ahorro de agua que tenemos aquí porque sabemos a lo que nos dedicamos, otros todavía riegan por inundación, nosotros eso hace mucho tiempo que no lo hacemos. El agua es un problema de Estado y el que no lo quiera ver así al final va a derivar en políticas de enfrentamiento que no conducen a nada y el camino de dividirnos será malo para todos. 

¿Qué opina de la situación en la que se encuentra la Denominación de Origen Valdepeñas y de las sanciones que está tramitando la Consejería después de las denuncias que interpusieron las organizaciones agrarias?

Nosotros interpusimos una denuncia única y exclusivamente con el rigor que trabajamos desde el sector productor para que la ley se cumpla. Igual que nosotros cumplimos la ley, que todo el mundo la cumpla, y punto, no queremos nada más, que se cumpla la ley, que se cumplan los acuerdos. Por lo tanto, si la Consejería ha interpretado que hay algún tipo de anomalías en esas empresas yo no entro ni salgo, es la Consejería la que tiene que cumplir con la obligación de que cuando no hacen las cosas bien, tiene que sancionar.

¿Piensa que puede afectar a la credibilidad de los propios productos de la Denominación de Origen Valdepeñas?

Afectará a las empresas que no hagan las cosas bien, pero no a los demás. A los que no hagan las cosas bien... siempre estamos con lo mismo. Oiga, castigue usted al malo, no al bueno. Entonces, afectará a quien haga las cosas mal, pero también hay gente que hace las cosas bien, por tanto debe afectar al que haga las cosas mal. 

¿Se debe traducir en un aumento de precios a los agricultores?

No por esto, lo que no puede ser es que en una situación como la de Valdepeñas, donde hemos tenido una producción de un 30 o 40 por ciento menos, los papeles digan que hemos tenido un 100%. No puede ser, y ahí me quedo. 

Por último, ¿es optimista en que se va a mejorar la situación del campo español?

Yo siempre soy optimista aunque la situación es muy complicada. Lanzo varios mensajes, uno, gracias a la sociedad española, porque creo que por fin ha entendido la situación del campo, le doy las gracias y, segundo, si a alguien le hemos molestado, también le pido disculpas, nuestra intención no es esa. Por otro lado, lo tercero es un mensaje al Gobierno: vamos a apretar hasta conseguir nuestro objetivo.