La inmigración no sirve para frenar la pérdida de población

R. Chávarri
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Ciudad Real estrenó 2022 con una población similar a la que tenía en 2004 pese a que sigue siendo punto de entrada de extranjeros, sobre todo de Centro y Sudamérica

Una familia de origen extranjero transita por una calle de Ciudad Real. - Foto: Tomás Fernández de Moya

El año 2019 marcó un cambio en la realidad demográfica de la provincia. Ese año puso punto y final a casi una década de pérdida de población inmigrante. Desde entonces, semestre a semestre, Ciudad Real ha vuelto a ser punto de llegada de extranjeros, sobre todo centroamericanos y también sudamericanos, que engordan los datos de población en la provincia, aunque no son suficientes para frenar los números rojos demográficos de Ciudad Real. En un año se han perdido casi 2.000 habitantes.

La ola de inmigración que recibe Ciudad Real no es suficiente para frenar ese retroceso de población. Según el INE, a fecha de 1 de enero de 2022 había en Ciudad Real 489.950 personas viviendo. El dato que tenía la provincia en el verano de 2004.

Y si Ciudad Real pierde habitantes, lo hace por la salida de vecinos nacionales. La serie de población residente que confecciona Estadística, desde 2002, no registraba una cifra de vecinos españoles tan baja, apenas 458.000, mientras que el número de extranjeros en la provincia sube como no lo hacía en más de un lustro.

Si de 2005 a 2012 Ciudad Real ganó 32.000 habitantes, de 2012 a 2019 la provincia los perdió. Y desde ese año, pandemia de por medio, la provincia vuelve a perder. El golpe del SARS-CoV-2 se notó en la estadística del año 2020. Los primeros seis meses, los más duros de la crisis sanitaria, redujeron en más de 1.300 el número de ciudadrealeños de más de 75 años. En la recta final de 2021, todavía con el COVID-19 presente, la población provincial de más de 75 años apenas se redujo en 160 habitantes, ocho veces menos.

Este ajuste poblacional también tiene otros titulares. Algunos, preocupantes. En estas dos décadas de historia demográfica, nunca antes hubo menos niños menores de 10 años, menos jóvenes veinteañeros ni menos adultos treintañeros. Por el contrario, desde 2002, la provincia marca ahora las cifras más altas de residentes de entre 55 a 64 años y de mayores de 90.

Y sí, llegan extranjeros, pero los que viven aquí cada vez tienen una edad más avanzada. Según recoge el INE, enero de 2022 marca un récord de presencia de inmigrantes de entre 50 a 69 años y de 80 en adelante. «Los que llegamos a inicios de los años 2000 ya vamos cumpliendo años», explica Jorge Torrico, el presidente de la asociación de inmigrantes Simón Bolívar, con sede en Tomelloso. Una situación a la que también se une otra tendencia que se da entre los inmigrantes que llevan ya años, que es la de reagrupar a la familia aquí, padres incluidos, «también por las posibilidades de cuidados que hay para los mayores».

Otro factor que ayuda a la llegada de estos inmigrantes es el económico. «Las grandes ciudades están saturadas y cuando nos preguntan en la asociación, familias que no pueden llegar a fin de mes, siempre les recomendamos que vengan a la provincia de Ciudad Real». Aquí, el metro cuadrado de la vivienda usada, la que más se vende, cuesta cuatro veces menos que en Madrid, tres menos que en Barcelona o dos veces menos que en Guadalajara.