El baile del vermú congrega a unas 3.000 personas bajo su carpa, aunque en realidad, entre las 13.00 y las 18.00 horas son muchos más los que entran y salen, bailan, consumen y se relacionan con sus vecinos. En ello, la música es fundamental. El primer tramo de la fiesta, hasta más o menos las 14.30 horas, horas está marcado por la música pachanguera, el pasodoble es el rey y la mayoría de los bailarines son gente de edad madura. Pero poco a poco, la música va cambiando a un ritmo más ochentero, a canciones también muy conocidas pero que ya van rebajando la edad media de los bailarines, hasta que en torno a los 15.30 horas aparecen ya las músicas más actuales y los jóvenes son los verdaderos amos de la pista. Sin embargo, no todos ellos son consumidores de las barras, sino que tienen sus bebidas fuera de la carpa.

Muchos de ellos continúan después hacia los bares y pubs de El Torreón, donde algunos establecimientos también están programando actuaciones en vivo con grupos locales con motivo de la celebración de la feria.

En cambio, los otros espacios de la feria apuestan por grupos con una identidad más marcada. Así, en el día de hoy, en la avenida del Rey Santo estaba actuando el grupo Papaversión, que aunque su apuesta es precisamente las versiones, lo hace en clave de rock. Así, al habitual y tranquilo público familiar que se congrega en el primer escenario de los Mahouñaneos, se unieron algunos veterano del rock de Ciudad Real que formaron su particular anfiteatro frente al escenario.

Algo similar estaba ocurriendo a la vez en la pequeña tarima que marca el escenario de la esquina de la calle Hernán Pérez del Pulgar con el pasaje de Dulcinea del Toboso, donde el programa de Mahou anunciaba la presencia del grupo Watch Out, de carácter metalero y también con un público propio que se hace notar.