La presidenta diocesana de la ONG de la iglesia, Conchita Martínez, destacó que ésta es la décima edición de esta convocatoria con "un objetivo de sensibilización". El mercadillo abrirá sus puertas desde las 11.00 a las 13.30, por las mañanas y desde 18.00 a las 20.30 horas en horario de tarde, de lunes a viernes.

Los productos expuestos proceden de donativos realizados por los voluntarios, como libros o elaboraciones artesanales; material promocional de la propia Manos Unidas (papelería, camisetas, paraguas…), dulces elaborados por diferentes órdenes religiosas de la provincia), artículos navideños de Tierra Santa, artículos de comercio justo llegados de países en los que la ONG desarrolla sus proyectos de cooperación.

Martínez señaló que este mercadillo "es la muestra de nuestras señas de identidad", en la que se incluye la promoción del desarrollo sostenible e integral de las personas, para que tengan "unas condiciones dignas y con todos los derechos humanos", precisó.

Manos Unidas promueve comercio justo en su mercadillo - Foto: Tomás Fernández de Moya

"Con este mercadillo queremos sensibilizar acerca de las poblaciones que viven en condiciones tan miserables", anunció la presidenta de Manos Unidas, antes de recordar que los donativos que reciben "van destinados exclusivamente a los proyectos de desarrollo", que en el caso de esta ONG son 823 proyectos en marcha, que se están desarrollando en 51 países de América Latina, Asia y África.

Otra de las bases del mercadillo es la concienciación "hacía un consumo responsable, ético, ecológico y crítico"; de modo que la mayor parte de los que se ha puesto a la venta, con precios muy asequible, son productos reutilizables, con lo que se busca evitar el despilfarro.

Los diferentes puestos están atendidos por los miembros del equipo diocesano de Manos Unidas y sus responsables en las parroquias, además de otros colaboradores que o bien están presentes en la sala o han realizado diversos donativos. Además de integrantes del equipo BM Caserío.

El acto inaugural fue encabezado por el obispo de Ciudad Real, Gerardo Melgar.