El INE confirmó lo que ya dejó entrever hace unos días: Ciudad Real cerró 2020 ganado población. En concreto, algo menos de 400 habitantes, 383, según las cifras de estadística en el último medio año, que sitúan la población de la provincia en 492.065 habitantes. Aunque se trata de un aumento de población pequeño, del 0,07 por ciento, resulta significativo porque tras los 15 habitantes que se sumaron entre el verano de 2019 y enero de 2020, es el único incremento poblacional que registra el INE en cuanto al número de habitantes residentes desde 2012. Ocho años de crisis demográfica que se cierran con un 2020 de pandemia en el que la migración, tanto exterior como interior, ayudó a paliar las cifras de defunciones, disparadas por el coronavirus, y la caída de la natalidad, la más baja desde los años 40 de la pasada década.

En ese periodo de desierto demográfico atravesado por la provincia, Ciudad Real ha perdido más de 34.000 vecinos, esto es, en ocho años han desaparecido de la estadística la población equivalente a la de municipios como Bolaños de Calatrava y Socuéllamos. Así, la provincia tiene en 2021, más o menos, la población que tenía en 2005.

Por edades, a lo largo del año COVID-19, la provincia sumó en el grupo de edad de entre 60 y 64 años e incluso entre los de 80 y 84 años, y se redujo más entre los más pequeños, los menores de 4 años, por unas cifras de natalidad que se hundieron en 2020, con el peor dato desde 1940, y entre los ciudadrealeños de 85 a 89 años, además de los de 75 a 79.

El peso de la inmigración como factor corrector de la caída de la natalidad se nota en la evolución de la presencia de nacionalidades en la provincia. En 2020 aumentó el número de africanos en Ciudad Real: casi 200 más, aunque fue la colonia sudamericana la que más creció, con 450 nuevos residentes en la provincia. Esa llegada de inmigrantes ayudó a paliar la pérdida de nacionales, 2.100 menos a fecha de 1 de enero de 2021 que a 1 de enero de 2020.