El balonmano quiere volver con público en las gradas

Manuel Espadas
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La Federación Española contempla la asistencia de aficionados en los pabellones en su protocolo anti COVID-19 de cara al inicio de la temporada

Sergi Mach, del Alarcos, en un partido en el Quijote Arena. - Foto: Pablo Lorente

La Real Federación Española de Balonmano (RFEBM) ha remitido un protocolo de actuación a los clubes de cara al comienzo de sus pretemporadas y a la disputa de sus primeros partidos, tanto amistosos como de competición oficial. Un protocolo en el que se contempla la asistencia de público a los pabellones, siempre que se respeten unas normas básicas de seguridad, además de las medidas establecidas por las autoridades en cuestión de aforo. En el caso de Castilla-La Mancha, el artículo 34 del Decreto 24/2020 del 19 de junio aclara que las competiciones deportivas “podrán desarrollarse con público siempre que éste permanezca sentado y que no se supere el 75 por ciento del aforo permitido, con un límite máximo de 300 personas para lugares cerrados y de 1.000 personas tratándose de actividades al aire libre", aunque cada localidad tiene la potestad de estudiar caso por caso.

En este sentido, los Ayuntamientos ya están trabajando para que sus instalaciones estén preparadas para cuando llegue el visto bueno desde el Gobierno regional. Es el caso del Consistorio de Ciudad Real, en contacto con la Junta de Comunidades y las Federaciones para que se concrete de manera oficial la autorización para que los aficionados puedan entrar en las instalaciones. “Estamos trabajando en ello en estos días, de cara a los amistosos que Alarcos y Caserío quieren disputar en Ciudad Real. Lo tenemos todo casi preparado porque nuestra idea es ir avanzando, aunque con cabeza y respetando al máximo los protocolos de seguridad. Yo no entiendo el deporte ‘profesional’ sin público en las gradas”, resume Antonio Gallego, concejal de Deportes de la capital, que recuerda que “por suerte o por desgracia, en instalaciones como el Quijote Arena o el Estadio Rey Juan Carlos I no tendríamos problemas para colocar a los aficionados con distancia de seguridad suficiente”.

 

DISTANCIA, HIGIENE, MASCARILLA Y REGISTRO

Sobre el regreso de los aficionados a los pabellones, la RFEBM describe la necesidad de dotar al acceso de la instalación de gel hidroalcohólico y alfombras desinfectantes, respetando la distancia de seguridad en la entrada al recinto, siempre con mascarillas y cumplimentando una ficha con los datos personales. En las gradas, al menos, se deberá dejar una localidad vacía entre dos ocupadas, debiéndose señalizar bien los asientos que no se pueden utilizar. Además, se deberá respetar la señalética a la hora de moverse por el recinto.

En este ‘retorno a la actividad deportiva’, como se denomina este protocolo, la Federación también explica a los clubes el modo de actuar en cuanto a los entrenamientos y los partidos de sus equipos. Con respecto a lo primero, se aconseja una progresión “prudente”, empezando con un entrenamiento individual, para seguir con trabajo en pequeños grupos sin contacto, lanzamientos a los porteros, entrenamiento grupal sin contacto, entrenamientos en pequeños grupos con contacto y trabajo grupal normal.

Se aconseja limpiar la pista de juego después de cada sesión, así como medir la temperatura de los jugadores y desinfectar los elementos que se utilicen.

Durante la competición, se deberán programar los partidos en una misma instalación con espacio de tiempo suficiente para desinfectar la pista, banquillos y mesa de anotadores y cronometradores, en la que se deberá llevar mascarilla. En los banquillos se recomienda que el staff técnico también utilice la mascarilla, salvo el primer entrenador. Se dispondrá de dos balones de juego limpios, uno para cada inicio de periodo, con descansos de 15 minutos para higienizar la pista y los banquillos. Los participantes no podrán intercambiar las botellas de agua.

Se establecerán circulaciones para la entrada y la salida de la pista de los equipos, y a la finalización del encuentro los jugadores se dirigirán directamente a los vestuarios, y de ellos a su autobús para su regreso. Los vestuarios deberán estar limpios a la entrada de un equipo, debiéndose desinfectar tras su uso. Y al abandonar un equipo la instalación, se deberá realizar limpieza de manos y del calzado mediante alfombras.

 

SOSPECHA DE COVID.

Además de todo ello, la Federación Española recuerda el modo de actuar en el caso de que un jugador tenga alguna sospecha de estar contagiado: no debe ir a entrenar, debe comunicarlo al club y debe ponerse en contacto con su médico de Atención Primaria. De igual forma se actuaría si un deportista ha tenido un contacto estrecho con un caso confirmado. En cualquier caso, se pide “mantener vigilancia activa y apelar a la responsabilidad individual fuera de la actividad deportiva”.

La RFEBM deja claro que este tipo de medidas “se acompasarán en cada momento a la situación existente, la regulación normativa aplicable de los distintos ámbitos estatal, autonómico y local, y las indicaciones del Consejo Superior de Deportes”, y apela al sentido de la responsabilidad de todos: “Todo nuestro esfuerzo debe ir encaminado a conjugar la prudencia necesaria para no recaer en situaciones vividas dramáticas con el restablecimiento de nuestra actividad deportiva, eso sí, en el marco de la ‘Nueva Normalidad’, mientras perdure la situación de crisis sanitaria”.

El objetivo es que, entre todos, se consiga que el deporte vuelva del único modo entendible, con su vocación de espectáculo y con público en las gradas. El balonmano parece estar más cerca de ello.