Los pleitos civiles han subido "enormemente"

Pilar Muñoz
-

El juez Mejía afirma que los juzgados de Primera Instancia e Instrucción están «desbordados» y teme que vuelvan a aumentar los procedimientos hipotecarios

El juez Antonio Mejía, titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Ciudad Real. - Foto: Tomás Fernández de Moya

El día a día en los juzgados de Primera Instancia e Instrucción siempre depara sorpresas al juez. «Llegas con la mañana planificada» y al minuto «olvídate» porque entra un asunto urgente, un detenido para tomarle declaración, medidas cautelares, un mandamiento para una intervención telefónica o de entrada y registro. «No se puede planificar con las miras puestas en sacar adelante a primera hora de la mañana los asuntos pendientes», asegura a La Tribuna el magistrado Antonio Mejía, titular del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 2 de Ciudad Real.

Es un día como cualquier otro en los Juzgados de la plaza del Trillo de Ciudad Real que ya han recuperado el movimiento de gente en vestíbulo y pasillos de las salas de vistas. La Tribuna comprueba que las cosas han vuelto a su ser, como antes de la pandemia: mucha gente en los Juzgados y un notable incremento de pleitos de civil y asuntos penales a resolver por el mismo número de jueces de hace años. De todo ello habla el juez Antonio Mejía con este periódico a dos meses vista de la entrada en funcionamiento del octavo Juzgado de Primera Instancia e Instrucción de Ciudad Real aprobado en diciembre de 2021.

Los jueces de los siete mixtos de Ciudad Real (atienden asuntos civiles y penales) están «desbordados», sobre todo, por el número de asuntos civiles, que se están incrementado una «barbaridad».

 En los últimos años ha habido un aumento medio de algo más de un 30%, subraya el juez Mejía, quien confía en que la situación mejore algo con la futura creación del Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 8 y el Mercantil puro. La creación del octavo juzgado mixto está condicionada a la transformación del 4 en uno exclusivo de Mercantil. «Esto va a suponer que en materia civil se va a contar realmente con un juzgado más, porque el número 4 está desde hace tiempo exento de asuntos civiles al llevar también Mercantil», explica el juez tras asegurar que los pleitos de naturaleza civil se han incrementado «enormemente», algunos de cuantías mínimas. Precisamente, está litigiosidad sigue atestando los juzgados. Hay mañanas con varios pleitos por 250 euros, compañías aseguradoras discutiendo en una sala de vistas por un faro o paragolpes de un coche roto en un accidente. Del mismo modo, están los procedimientos por los llamados fondos buitre. «Han comprado créditos de entidades bancarias y ahora están intentando recobrar el dinero recurriendo muchas veces al procedimiento declarativo ordinario», un juicio en el que se resuelven demandas cuyas cuantías son de hasta 6.000 euros. «Están recurriendo, presentando demandas que hay que tramitar, emplazar al demandado, celebrar un juicio y dictar sentencia».

El procedimiento civil es «inabarcable» en estos momentos. Se han incrementado los asuntos, también los procedimiento de familia, reclamación de cantidad por impagos, incumplimientos contractuales y el juez Mejía teme que pronto, lamentablemente, vuelvan a aumentar los pleitos hipotecarios de continuar así el euribor. «Mucha gente va a ver que la cuota de su hipoteca se le va a incrementar. Suma a eso la escalada de precios, la luz, el gas... va a haber gente que no va a poder hacer frente a sus préstamos y eso va a provocar un incremento de asuntos civiles, van a acabar en los juzgados».

Las jornadas en estos juzgados son maratonianas, con juicios que se prolongan hasta entrada la tarde. Lo tienen asumido, asegura el juez Mejía que habla con pasión de su trabajo de impartir justicia desde la imparcialidad. Las tardes y sábados, «a dictar sentencias».

«Hay muchas peleas y hurtos en tiendas». Los Juzgados de Primera Instancia e Instrucción de Ciudad Real han registrado en el último año un notable incremento de asuntos penales: robos, hurtos, lesiones y peleas. «Hay muchas peleas, parece que la gente sale a pelear», sopesa el juez Antonio Mejía en declaraciones a La Tribuna tras subrayar que «un botellazo te puede romper la cabeza» e incluso causar la muerte. La litigiosidad ha aumentado en el orden civil y también en penal, aunque en esta última jurisdicción la carga de trabajo es «más asumible» y los hechos delictivos en general no son de gravedad salvo casos como el reciente de Argamasilla de Calatrava con dos homicidios y la muerte del autor tras un intercambio de disparos con la Guardia Civil. Lo habitual son robos, hurtos, lesiones, muchas fruto de peleas y otras de accidentes de circulación, tráfico de drogas y estafas en internet, que «han subido muchísimo, seguimos cayendo en las redes de estos estafadores». Del mismo modo, se han incrementado los hurtos en tiendas, principalmente del centro. La inmensa mayoría de los autores de estos hurtos son 'viejos conocidos' de los policías y jueces. No obstante, en una guardia  de los Juzgados de Primera Instancia e Instrucción puede haber un homicidio, aunque afortunadamente son casos excepcionales en la provincia. Lo que también ha subido es el número de suicidios. En el último año y durante el presente ha habido varios casos que igualmente se investigan y en los que el juez de guardia acude al levantamiento del cadáver.

«Si no son capaces de la renovación, el sistema no vale». La situación del Consejo General del Poder Judicial, encallado desde hace cuatro años por falta de acuerdo entre el PSOE y PP para renovar el órgano de gobierno de los jueces, «no afecta al día a día en los juzgados», donde se imparte justicia desde la «independencia». Así lo afirma el juez Antonio Mejía, que lamenta que la gente se levante cada día con una noticia sobre la no renovación de los vocales del Consejo General del Poder Judicial, que «no tiene competencias jurisdiccionales, ningún asunto judicial de ningún particular, por importante que sea va a llegar al Consejo». A la mayoría de los jueces «no nos nombra el CGPJ». Son más de 5.000 y si entre ellos «son incapaces de buscar a 12 sin connotación alguna, el sistema no vale». «Se han empecinado, unos en que se modifique la ley en una dirección que no puso cuando estaba en el Gobierno y otros en que se mantenga un sistema que votó en contra cuando era oposición».