IREC alerta de la presencia del virus del Nilo en Ciudad Real

H. L. M.
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Un estudio señala la importancia de tomar medidas cerca de ganaderías equinas por el riesgo de contagio a través de la picadura de mosquitos a aves silvestres, ya que el 9% tienen anticuerpos

Una explotación equina situada en el Oeste de la provincia - Foto: Rueda Villaverde

Un estudio en el que han participado investigadores del instituto de Recursos Cinegéticos (IREC) apuntan a una alta presencia del virus de la fiebre del Nilo Occidental en Ciudad Real y en Toledo, en el oeste de ambas provincias, y alertan del riesgo de exposición a esta enfermedad que en 2020 causó un brote en el suroeste de España, con 77 casos en personas y ocho fallecidos. Se trata de un  análisis efectuado por científicos del equipo de Investigación en Ecología de las Enfermedades Vectoriales, del Grupo de Investigación en Sanidad y Biotecnología (SaBio), en colaboración con investigadores del Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA-CSIC) que se ha realizado en nueve explotaciones equinas, por la afectación del virus en caballos.

«El virus del Nilo está aquí desde hace mucho tiempo», señaló el investigador del IREC, José Francisco Ruiz, quien recordó que ya se han encontrado en la provincia de Ciudad Real aves afectadas por el virus y hay un caso en humanos en Brazatortas que estuvo afectado por la enfermedad. «En Castilla-La Mancha no se han declarado brotes, pero sí que se han encontrado caballos positivos en algún estudio que han hecho compañeros de Extremadura», indicó el investigador.

El estudio que han realizado desde el IREC analiza las aves, que es donde se encuentra el virus, ya que actúan como reservorios, al mantenerlo durante mucho tiempo en ellas. «La transmisión se da por los mosquitos», de un género concreto, que pican a un ave infectada y después a un caballo o una persona, que puede contagiarse o no. «En un porcentaje del 10 al 15% de los casos, o bien los caballos o bien las personas, enferman» y un porcentaje de estos desarrollan la fase grave de la enfermedad, la meningoencefalitis vírica severa, que puede llevar a la muerte.

Del análisis realizado, publicado en la revista Pathogens, se ha descubierto que un 9 por ciento de las aves silvestres en explotaciones equinas hay presencia del virus, cuando esta presencia es del 5,6 por ciento en las aves en su entorno. Se trata de gorriones y otros pájaros que se refugian en las granjas o en una zona cercana. Esto muestra que las explotaciones equinas son un ambiente óptimo para que el virus de la fiebre del Nilo Occidental se transmita entre aves y que hay una mayor presencia en estos espacios de mosquitos del género Culex, el que transmite la enfermedad por la picadura, por lo que el riesgo de transmisión del virus a caballos y personas es mayor en las explotaciones ganaderas.

el oeste de la región. «Lo que hemos identificado es que estas zonas de Castilla-La Mancha, el oeste de Castilla-La Mancha, por lo menos, es favorable para que el virus circule», indicó Ruiz. Ahora mismo hay una circulación «baja» en personas y caballos, no así en aves, pero puede aumentar en caso de que se mantengan el tiempo cálido y llegue una época de lluvias, aumente la población de mosquitos. «Cada vez hay más evidencias de que el virus se está expandiendo por el centro de España» y «nosotros tenemos en el oeste de Castilla-La Mancha la zona de mayor riesgo».

Por este motivo, en el estudio del IREC advierte de la necesidad de tomar medidas de prevención, como por ejemplo, cerrar los graneros, para evitar el paso de aves silvestres o emplear otros métodos que eviten la entrada de aves a las explotaciones. Para los caballos hay una vacunación preventiva y para las personas que trabajan en explotaciones el uso de repelente puede ser clave. «La única manera actualmente de evitar la transmisión es evitar las picaduras de mosquitos», recordó Ruiz, quien recordó ese bajo porcentaje de casos clínicos por la enfermedad.