Los ciudadrealeños, poco a poco, vuelven a la normalidad guardando en la memoria los peores momentos de la pandemia del coronavirus, una enfermedad que se ha cobrado ya casi 2.000 víctimas mortales solo en Ciudad Real desde marzo de 2020 y que llega al deseadp verano de la normalidad, pero con índices de contagios muy por encima de los dos últimos años. 

Países de toda Europa experimentan un aumento significativo de los casos de COVID-19 impulsados por subvariantes altamente infecciosas de la variante ómicron en lo que algunos hablan ya que es una séptima ola silenciosa. En Ciudad Real, los datos que sigue recogiendo el Ministerio de Sanidad, hablan de una situación de riesgo alto en todo lo que va de mes de junio, después de un mes de mayo de riesgo extremo que todavía no se ha dejado atrás en los grandes municipios. Así ocurre en Ciudad Real, donde los indicadores de incidencia acumulada entre mayores de 60 años, la franja de edad donde Sanidad centra ya su interés al evaluar la situación de la pandemia, sitúan en más de 700 los contagios por 100.000 habitantes, un dato que llega a 640 en el caso de Puertollano o que está por encima de los 800 puntos en Tomelloso y Valdepeñas. 

Echando la vista atrás, este tercer verano de pandemia se encara con unos contagios disparados. Tanto en 2020 como en 2021, la incidencia no sobrepasaba, en ningún caso, las 100 infecciones por 100.000 habitantes. El año pasado, la incidencia estaba en 80 puntos, hace dos, en 30.

Hay más positivos y también más gente ingresada en los hospitales. Aunque la situación de la presión hospitalaria nada tiene que ver con lo que se vivió en los momentos más duros de la crisis sanitaria, los centros de la provincia no rebajan los datos de ingresos en cama convencional por debajo de los 60 pacientes desde finales de abril. Entre medias  se han registrado picos de más de 100 ingresos a inicios de junio. El año pasado, por ejemplo, apenas había una docena de personas en planta convencional y hace dos, no se llegaba a 50.

El alto grado de vacunación que tiene ya la población ciudadrealeña evita, eso sí, los casos más graves. En las UCI no comparten espacio más de cinco personas desde febrero, aunque junio deja ya una veintena de víctimas mortales por culpa de una pandemia que sigue ahí.