Rozando la perfección

Hilario L. Muñoz
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La ciudadrealeña Sonia Zhou logra un 13,95 de nota al combinar el Bachillerato con la EvAU. Una nota que le permite soñar con cualquier grado, aunque aún no tiene claro cuál elegir

A media centésima del pase perfecto a la universidad - Foto: LT

Si la perfección al terminar el Bachillerato y la EvAU es 14, Sonia Zhou se ha quedado a solo media centésima de esa perfección. Un 10 en Bachillerato, un 9,835 en la EvAU obligatoria y un cuatro en la voluntaria, hacen una media ponderada de 13,95, que le permite a Zhou soñar con hacer cualquier carrera que quiera. Con todo, esta estudiante del IES Los Batanes de Viso del Marqués, sigue sin tener claro qué camino seguirá. Está de viaje y hasta el 28 no regresará a España y solo sabe que quiere estudiar en Madrid, donde la preinscripción termina el 1 de julio. En esos tres días acabará decidiendo su futuro. 

El apellido de Sonia delata que es de ascendencia China. Nacida en Madrid, llegó a Viso en la ESO. «Estoy feliz, tampoco me esperaba ser la mejor de la provincia», explica al teléfono. De hecho, recuerda que hizo la Evaluación de Acceso a la Universidad sin la presión de obtener una nota alta, ya que no tenía claro qué necesitaba para acceder al grado que quería. Se enteró de la noticia en París, donde viajó con dos amigos, junto al río Sena, y lo que hizo fue llamar a su familia. 

De momento sabe que tirará por las ciencias, una ingeniería o quizás esa carrera que se ha puesto tan de moda, Física y Matemáticas conjunta, que se imparte en Madrid, y que «puede ser una posibilidad», explica sin decidirse al completo. «Nunca me he parado a pensar a lo que quiero dedicarme». De hecho, afirma que es una pregunta que le han hecho «muchas veces» durante el curso. 

En este sentido, comenta que suele guiarse por lo que le «gusta en el momento» y la idea es elegir carrera con esa actitud. «Me gustaría dedicarme a algo que me guste y que me haga feliz, que sepa que lo que estoy haciendo es algo que quiera hacer y no porque deba hacerlo». Así, apunta que una de las cosas que le gusta es «aprender» y le gustaría estudiar algo en lo que siga aprendiendo. 

Se trata de un cambio de actitud, esa mirada pasional al futuro, que se ha visto en otros estudiantes que han sacado grandes notas en la EvAU este curso. «A lo mejor el confinamiento y la pandemia ha sido como un llamamiento o ha despertado a la gente y ha cambiado la mentalidad; no quiere decir que el futuro no sea importante, pero no hay que vivir siempre estresada y mirando el futuro, pensando que va a ser de mí en unos años, porque se olvida de lo que está pasando en la realidad», resume.

La idea de salir de Castilla-La Mancha viene porque cuando se le pregunta por sus gustos, lo primero en la lista es «viajar». Una afición que estos años ha tenido que aparcar con el COVID, que en parte ha marcado su Bachillerato, con los dos cursos realizados tras el confinamiento. En estos años es una joven más que ha tenido que lidiar con la ansiedad que reina entre los adolescentes, y que ahora no es tan «intensa» como este tiempo de atrás, gracias a que las medidas se han ido relajando. Incluso, asegura que sacar un 10 en Bachillerato no le ha llevado a «no tener vida» y ve como única diferencia entre primero y segundo el volumen de exámenes y en la EvAU los «nervios», que asegura se le pasaron tras el primer examen, que hizo en Valdepeñas. 

Para compaginar esa vida y los estudios, apunta que es capaz de «saber cuándo es el momento de hacer ciertas cosas» y señala que es «la presión» la que le anima a avanzar. «Nunca me he quitado redes sociales ni me he limitado a estudiar», el tiempo de los exámenes ha ido marcando los estudios y el tiempo libre.