El pasado domingo se celebró el Día Mundial del Anestesiólogo, una especialidad que es clave en las operaciones, tanto menores como mayores, y que, cada vez más, tiene protagonismo en multitud de técnicas y que ha tenido un papel relevante en los años del COVID, en el cuidado de los pacientes ingresados en la UCI. «Alrededor de la anestesia gira toda la medicina perioperatoria», explicó el jefe del servicio en el Hospital General de Ciudad Real, Javier Redondo.
Esto implica que se ocupan de la preparación óptima del paciente para la cirugía, intraoperatorio, cuidados intensivos posteriores si fuesen necesarios, tratamiento del dolor agudo, así como de las sedaciones para diferentes tipos de procedimientos, como endoscopias, radioterapia, resonancias magnéticas, y también «el abordaje del dolor crónico cada vez más presente en una población que vive más y con mayor número de comorbilidades». Con todas estas áreas resulta clave el ritmo de crecimiento que está teniendo la cirugía ambulatoria, aquella en la que el paciente tras la intervención se vuelve a casa, sin ingreso, y que da la oportunidad de ampliar las cirugías, al no necesitar que haya camas disponibles y el ingreso durante varios días en el centro hospitalario.
«Durante este año 2022 se llegarán a realizar aproximadamente 15.000 intervenciones quirúrgicas, de las que ingresarán en la UCI de anestesia más de 600 pacientes críticos», explicó Redondo en cifras globales. Mientras, la cirugía mayor ambulatoria supondrá «aproximadamente el 65% de todas las intervenciones quirúrgicas», un porcentaje que ha aumentado en los últimos años. «Esto repercute positivamente en la institución y en la calidad asistencial que prestamos a nuestros pacientes», afirmó Redondo.
Estas cifras dan cuenta de cómo, en este último año 2022, el bloque quirúrgico, en el que se encuentran los anestesiólogos, están «intentando volver a la normalidad» tras la pandemia. Durante el COVID, recordó Redondo, «la actividad quirúrgica prácticamente se paralizó y sucesivamente se fue recuperando, con pequeños altibajos durante las sucesivas olas». En estos momentos, apuntó, «se ha recuperado completamente, realizando cirugías tanto en horario de mañana como de tarde».
Más allá de las cirugías o el trabajo quirúrgico, cada vez son más los procedimientos fuera de quirófano en los que se precisa de un anestesiólogo. Así, por ejemplo, en la unidad se realizan alrededor de 4.000 sedaciones para procedimientos como las endoscopias y colonoscopias. También existen sedaciones para técnicas radiológicas o procedimientos de radioterapia. «Hoy en día no se puede entender la realización de cualquiera de estas pruebas con molestias y dolor» y esto ha llevado a un aumento exponencial de estos trabajos que se efectúan fuera del quirófano.
Igualmente, este 2022 aproximadamente se harán 1.300 epidurales para los partos. «También hay una labor muy importante en la vigilancia y resolución de las posibles complicaciones que pudieran surgir durante este periodo tan crítico para la madre y el niño que va a nacer», indicó el jefe del servicio.
Anestesias en la pandemia.
Esta actividad llega tras una pandemia en la que los anestesiólogos tuvieron que adaptar y reconvertir su servicio. «En el ámbito de los Cuidados Intensivos durante la pandemia, los anestesiólogos formaron parte junto con los intensivistas primarios de la gestión de camas de críticos destinadas a pacientes COVID». Se trató, en opinión del jefe de servicio, de «un verdadero ejemplo de superación, convivencia, planificación y gestión de nuevos espacios y tecnologías en la Gerencia de Atención Integrada de Ciudad Real», que generó «una lucha y una experiencia conjunta de la que todos salimos reforzados, más unidos y con mucho aprendizaje y conocimiento para el futuro».