Fue una de esas experiencias que no se olvidan en la vida». Lo dice Esteban Castellanos en nombre de todos los jugadores del Gimnástico de Alcázar que aquel 30 de diciembre de 1992 tuvieron el privilegio de enfrentarse a Diego Armando Maradona en un partido de Copa del Rey. El entonces entrenador del equipo reconoce que el miércoles, cuando se enteró del fallecimiento del ‘astro’ argentino, pasó un mal momento y se le vinieron a la memoria los bonitos recuerdos que le dejó aquella inolvidable noche.
Al margen de su calidad futbolística, que le llevaba a «hacer cosas en el campo que no se entrenan», Castellanos se centra sobre todo en la calidad personal de ‘El Pelusa’, quien pese a ser un jugador de talla mundial, «nos trató como uno más».
«Se portó fenomenal. Le pedimos una foto y accedió sin dudarlo, aunque siempre que fuera en grupo, por un tema de derechos de publicidad. Además, como no podía darnos su camiseta porque el Sevilla las subastaba, a uno de nuestros juveniles le regaló el pantalón y las medias», relata Castellanos, que aquella noche compartió este sueño con López, Juan Vela, Ángel Vela, Benito, Rodri, Parreño, Alfredo, Quirós, Alfonso, Miguel Ángel Ramos, Miguel Ángel, Monti y Felipe, a los que no les importó en absoluto el 5-0 final que reflejó el marcador ante el Sevilla de Bilardo.
Además, Castellanos recuerda con cariño que como Maradona no pudo asistir al partido de ida jugado en Alcázar (0-2), «a través de la prensa envió un mensaje de disculpa, diciendo que sabía lo importante que hubiera sido estar presente».