Corría el minuto 95 del partido entre Socuéllamos y Alzira y la sensación en el Paquito Giménez era que se escapa una oportunidad única de sumar un triunfo muy valioso en su lucha por la permanencia. Hasta que a escasos segundos para el final Hugo Esteban recibió un balón, se revolvió en la frontal y no se lo pensó dos veces, batiendo al portero visitante con un tanto de bella factura, que otorgaba el triunfo al equipo blanquiazul, que a dos jornadas para el final de la liga regular posee una ventaja de tres puntos sobre el descenso. 

«El técnico me sacó al campo quedando 25 minutos y habíamos estudiado que ellos no salían a tapar los disparos. Yo tenía claro que en cuanto tuviera la oportunidad lo iba a intentar y salió bien. Cuando vi que el balón entraba fue una alegría inmensa porque ves que es un premio y un refuerzo al trabajo de todo el grupo», recordaba ayer el futbolista valenciano, que agradeció el apoyo de todo el público.

El futbolista del conjunto socuellamino comparte la idea de su técnico de que «ahora hay que rematar la faena». Un objetivo, el de la permanencia, que podrían certificar con una victoria este domingo (12 horas) en el Paquito Giménez frente al Calvo Sotelo si acompañan otros resultados. «No te puedes fiar de nadie. Ellos van a venir aquí sin presión y eso les hace aún más peligrosos. Se tiene que notar que nosotros nos lo jugamos todo», argumenta.

Tras una preocupante primera vuelta, el equipo de Sergio Campos llega a estas dos jornadas para el final dependiendo de sí mismo. Un cambio radical en el equipo desde que la directiva destituyese a Josico y diera la oportunidad a Campos. «Con el nuevo técnico hubo un cambio de chip y estamos completando una segunda vuelta increíble. Somos los mismos jugadores, pero cambió la dinámica y hemos logrado hacer del Paquito Giménez un auténtico fortín. Sabemos que los rivales no quieren venir aquí porque saben que van a sufrir», continúa. En lo personal, esta campaña ha marcado cuatro goles en los 27 partidos disputados, 14 de ellos como titular, y destaca el buen ambiente que se vive en el vestuario y que se pudo comprobar con la piña que se formó tras su golazo. Un tanto para recordar y que bien puede valer una permanencia.