La provincia de Ciudad Real se encuentra inmersa en una caída de los nacimientos y con ella de la escolarización y de las cifras del alumnado. Solo en los últimos cuatro cursos se han perdido unos 2.600 estudiantes no universitarios, aunque esta situación no ocurre si se atiende a la evolución del alumnado extranjero, cuyas cifras sostienen e incluso han aumentado si se comparan los últimos años. Pese a esta diferencia entre un alumnado español en descenso y un alumnado extranjero en aumento, sí que se mantiene la existencia de una segregación, con un menor porcentaje de estudiantes foráneos que acuden a los centros privados.
En términos relativos, hay prácticamente el doble de extranjeros en la pública que en la privada. En concreto, durante el pasado curso había un alumno extranjero por cada 15 en la educación pública y en la privada la relación es de uno por cada 34. Se trata de una situación similar en cada uno de los cursos analizados y que tuvo su máxima diferencia en el curso 2018/2019, cuando hubo un estudiante foráneo por cada 16 en la pública y uno por cada 37 en la privada.
Esta situación es independiente del momento que se encuentre la educación privada. En los últimos cursos se han anulado conciertos con la administración en algunas localidades de la provincia por la caída de la natalidad y la ausencia de estudiantes que implicaran el mantenimiento del concierto. De hecho, desde el curso 2017/2018, la educación privada ha perdido un millar de estudiantes. La reducción ha sido del 6,2 por ciento del alumnado de origen español y del 6,7 del extranjero, pese a ese aumento del alumnado venido de otros países a la provincia, y que debería haberse nota en estas estadísticas. En este sentido, si se observa lo que ha ocurrido en la educación pública, se ha producido un descenso de los alumnos españoles, un 2,5 por ciento menos, y un incremento del extranjero, hay un 0,7 por ciento más, como una muestra de que es la educación financiada solo a través de los impuestos la que está asumiendo el incremento del alumnado llegado de otros países.
Sin concierto en lo rural.
Para la presidenta del sindicato ANPE en la provincia de Ciudad Real, Mónica Sánchez de la Nieta, la clave de este proceso se encuentra en que los municipios donde hay centros privados en la provincia se limitan a las grandes localidades como Ciudad Real, Alcázar de San Juan, Puertollano o Tomelloso y, además, no hay una gran número de centros privados. «Si no existen muchos, no se pueden distribuir y equilibrar el reparto», ya que hay grandes zonas de la provincia donde la única elección es la pública.
Sánchez de la Nieta recordó, en declaraciones a La Tribuna, que Ciudad Real es una provincia «muy extensa» en kilómetros, lo que hace aún más difícil que se elijan esos centros concertados cuya presencia está localizada en unos cuantos municipios muy concretos.
La presidenta de ANPE dijo que en las familias, a la hora de elegir un centro, se suele optar por criterios que van más allá del modelo educativo, público y privado, como puede es el de la cercanía al domicilio o el horario del centro y los servicios complementarios, tales como el comedor o el transporte escolar, clave, por ejemplo, para mucha población que tiene que desplazarse para ir al instituto, ya que «las rutas están diseñadas para llevar a los alumnos a centros públicos».
Desde el sindicato ANPE en Ciudad Real recordaron que está claro que hay que garantizar la escolarización con criterios «de equidad, igualdad y disminución de las desigualdades». Se trata de aspectos que están recogidos en la nueva ley educativa. En este sentido, Mónica Sánchez de la Nieta señaló que en la provincia se ahonda «siempre» en la necesidad de matricular en la escuela pública, porque es «la única que garantiza el derecho a la educación y la igualdad de oportunidades».