«La vida y la obra de Miguel Hernández son indivisibles»

Hilario L. Muñoz
-

Román López-Cabrera lleva años pensando en la vida de Miguel Hernández y otros tantos y narrando historias en cómic sobre la Guerra Civil y la postguerra

«La vida y la obra de Miguel Hernández son indivisibles» - Foto: Tomás Fernández de Moya

Se trata de una vertiente del cómic histórico y también biográfica que la pasada semana se vio en Ciudad Real con la presentación de su cómic Miguel Hernández. Piedra viva, en el que aúna poesía y política con sus lápices. 

Este cómic es el segundo en el que se adentra en la vida de Miguel Hernández, ¿no?

Ambos cómics van de la mano. El primero lo saqué en 2013, cuando aún estaba empezando, con el Ayuntamiento de Orihuela y, precisamente, el editor de Cascaborras se enteró de que tenía ese cómic y que tenía los derechos para poder reeditarlo. Me dijo que si lo reeditaba, pero en 2019 ya habían pasado muchos años.

¿Cómo se puede resumir la vida de Miguel Hernández?

Hay varios cómics ya, aparte de los dos míos. En marzo salió otro de Carlos Esquembre y había al menos otros dos de antes de mi libro. Hay puntos en los que todos coincidimos porque son referentes en la vida de Miguel Hernández que no se pueden obviar, pero al final ningún cómic se parece a otro. Incluso aquellos puntos con los que coincidimos solemos contarlos de formas distintas. La historia de Miguel Hernández es una historia trágica porque apenas tuvo momentos de felicidad plena y duradera y todo fue un golpe tras otro. Además fue un ejemplo de lucha, porque murió en una cárcel por defender su ideología y la república. 

¿Qué se va a encontrar quien se acerque a su cómic?

Siendo honesto es un cómic político y también es un cómic familiar y poético. No hay que olvidar que es una historia dura, de un personaje que lo pasó muy mal y que no es anecdótico que luchara en la Guerra Civil. Hubo muchos poetas que estuvieron ahí, pero es que Miguel Hernández estuvo en las trincheras y su poesía en esa época se centró en eso. La etapa de la cárcel también generó poesía centrada en las penurias de la prisión. La vida y la obra de Miguel Hernández son indivisibles y es imposible hablar de Miguel Hernández sin hablar de política. Es un cómic en el que he intentado centrarme en la parte menos explorada en otros cómic y eso es la Guerra Civil o las cárceles. 

¿Se puede pensar que la poesía y el cómic no maridan bien? 

Van muy de la mano porque, por ejemplo, el cómic de Carlos Esquembre es muy poético y muy onírico y buena parte de sus páginas son poesía visual y surrealista. Creo que el lenguaje del cómic funciona muy bien para mezclar esas dos partes si lo sabes hacer bien. Mi cómic es más biográfico, más clásico, pero hay algunas escenas en que tiro de poética visual o surrealismo, porque debe haber una unión entre ambos mundos. Una de las formas que encontré de hermanar estos mundos fue hacer que el cómic no fuera solo una sucesión de acontecimientos, sino que tuviera alma con anécdotas sentimentales que dieran realismo y vida al cómic.  

¿En los últimos años hay una gran cantidad de cómic sobre hechos reales?

En el cómic hay espacio y creadores para todo, pero es como que a veces da la impresión de que en Europa y en España se tira de lo humorístico o de la memoria y del cómic histórico y realista o del cómic que aunque no sea histórico, tenga historias a pie de calle y estén alejadas de la fantasía y esos aspectos. Quizás nos hemos acostumbrado a que predominen ese tipo de estilos y temáticas en ciertos mercados, pero cada vez se van ampliando más y hay más ofertas.  

Lo que sí que hay en España es mucho cómic de memoria histórica, ¿no?

Creo que es que hay muchos que se preocupan porque no se olviden ciertas cosas. A mí me interesa el tema de la Guerra Civil, la posguerra y el franquismo porque sirve de reflejo de la actualidad y hay situaciones que se pueden extrapolar.