Próxima estación: un abrazo real

Hilario L. Muñoz
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La estación de tren celebra su primer fin de semana de reapertura en un constante ir y venir de maletas cargadas de ganas de verse

Próxima estación: un abrazo real - Foto: Rueda Villaverde

"Más de un año sin vernos". Se oye en el aparcamiento de la estación del AVE de Ciudad Real. La frase resume a la perfección la imagen inédita que el pasado viernes se vio en la estación de tren. Dos amigas se abrazan, una llegada de Madrid, ante la atenta mirada de la madre de una de ellas. Detrás de ellas, decenas de personas hacen cola esperando un taxi. Suenan pitidos de coches, porque hay un ligero atasco. Este fin de semana han sido días de bajar o subir con maletas, de trenes que tenían puesto el cartel de completo y sobre todo de una vuelta a cierta normalidad, a los viajes por placer, por turismo o por necesidad de ver a alguien.

Carmen e Inés es el nombre de las dos amigas que se abrazaban sin quitarse la mascarilla. Las dos explican, casi al unísono, que hablan todos los días por teléfono, «parece que nos vimos ayer», pero a la vez les «hace mucha ilusión verse». Verse de verdad y abrazarse a secas, sin necesidad de poner el adjetivo ‘virtual’, detrás de cada verbo. Su próximo objetivo es pasar unos días en el pueblo, hablando y poniendo cara a esa voz y sus historias, tras llevar sin verse desde agosto del año pasado.

El pasado 25 de octubre, Castilla-La Mancha cerró sus fronteras; después llegó la vacunación y la posibilidad para muchas familias de juntarse con sus seres queridos por primera vez desde el confinamiento. Una de ellas es Adoración Faba que esta semana vino de Tarragona a ver a su madre, apenas «un par de días». Llevaban sin verla desde marzo de 2020, lo que ha hecho que en la intimidad haya habido «un reencuentro emocionante». «Ahora ya estamos felices, porque si esto sigue abierto, viajaremos más a menudo a verla».

Próxima estación: un abrazo realPróxima estación: un abrazo real - Foto: Rueda VillaverdeEsa es la intención de muchos: que estos viajes sean solo el inicio, como Pablo, que este fin de semana se fue a ver a sus padres a Tarragona. A sus padres, pero también a sus amigos y familiares. «Llevo un año sin verlos porque estaba todo cerrado y era complicado». Él vive en Ciudad Real, opositando en el Ejército, y con gusto va a verlos entre «todas las medidas de seguridad».

«Hay un poco de miedo y de responsabilidad, me siento rara de salir de Castilla-La Mancha», explicaba Gema, esperando al tren que iba a Barcelona. Al final del trayecto le espera una amiga que lleva meses sin ver y que como ella está vacunada. Una seguridad extra que aporta un poco más de libertad «para hacer turismo y visitar la ciudad». «Me apetece salir de la comunidad», explicaba, tras recorrer y conocer durante todos estos meses de cierre perimetral las cinco provincias de Castilla-La Mancha.

Un poco antes se parará Laura, que viajaba a Zaragoza a ver a su novio, un ciudadrealeño, que alguna vez se ha desplazado a la provincia «para no estar mucho tiempo sin vernos». Explica que viajar a otra ciudad para su encuentro «es un mundo totalmente diferente».

Próxima estación: un abrazo realPróxima estación: un abrazo real - Foto: Rueda VillaverdeNo todos son viajes de ida, también este fin de semana, ha habido alguno de vuelta como el de María, llegada de Málaga para ver a su hermana. «Llevo sin verla desde navidades y este viaje es de alegría», expone a pie de AVE, entre recuerdos a que un abrazo sirve para mitigar los efectos de un tratamiento . «Es de alegría, pero hay que tener prudencia», remarcaba para que tras este primer fin de semana casi de normalidad, puedan venir muchos más.

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